Los dos grandes proyectos que se están desarrollando en la ciudad parecen estar ajenos a la vialidad que los circunda. Ambos son de grandes y de legítimas aspiraciones, de ahí que turbe el hecho de parezcan independientes a su contexto. La avenida Andrés García Lavín es una calle exógena que logra atravesar el periférico , caso excepcional, entre otros pocos, dado que la traza se quebró detrás de la avenida que rodea la ciudad. Esta avenida puede conducir hasta Cabo Norte, sin embargo hoy se encuentra saturada, francamente congestionada. Habría otras formas de llegar al complejo: vía el mismo periférico o quizás por Santa Gertrudis Copó , zona que algún día adoptara a toda esa región de la ciudad, hasta la muy aislada colonia de Temozón que carece de conectividad. Sin embargo todo indica que la acceso afortunado es por la García Lavín y por ahí. Dada las dimensiones del centro comercial La Isla ,y del propio fraccionamiento, resultará imposible el tránsito, estallaría la García Lavín. De suyo la conectividad de Cabo Norte es nula. Solo habría una opción: convertir esta última avenida de un solo sentido , con retorno en la inmediata posterior. La pregunta es : ¿Porqué no se hace de una vez? Los meridanos estamos acostumbrados a comprar paisajes y no terrenos con valor a pesar de las experiencias que hemos vivido. Si se logra establecer la conectividad de la García Lavín después del periférico todos los terrenos de esa zona sí lograran algún valor. Hará falta mucho: sustentabilidad y su consecuente nivel humano, pero ya se habrá dado un paso trascendente. El caso de Vía Montejo parece ser más complejo. Vía Montejo está en la zona de mayor tránsito de la ciudad, de sur a norte hay un aforo importante. La vida del proyecto va significar el sofocamiento de una vía ya congestionada severamente. Es imposible pensar lo contrario. La vida de este proyecto importante, así como la de Cabo Norte, pone en jaque a la ciudad. Para solucionar el caso de Vía Montejo se necesitara una reforma al paso a desnivel de la entrada de Progreso y un “under pass “ que permita la comunicación de los dos sentidos de la Prolongación de Montejo , cuyo verdadero nombre en esa área es: Avenida Ricardo López Méndez. Si estas modificaciones no se realizan estos monumentales proyectos pondrán en jaque a la ciudad. La pregunta es la misma ¿Porqué la autoridad estatal, que es la encargada del tema, no se pronuncia para tranquilidad no de los que venden , ni de los que compran , sino de la ciudad entera?