Está es la Quinta San Vicente en cuyos terrenos se levantó, en la primera década del siglo XX, la Escuela Modelo. Los vastos terrenos de la quinta fueron propicios para una de las pretensiones de la nueva escuela: integrar al plan de estudios el deporte, propósito que se logró creces.

 

Como otros edificios del Paseo Montejo el de la Escuela Modelo permanece respectado por la ciudad y venerados por sus ex alumnos. Merece un comentario más: sigue siendo fiel al destino para el cual fue construido. La lealtad, tan infrecuente en nuestra historia arquitectónica, ha resistido la tentación de la modernidad o de los caudales que harían de este espacio un gran hotel o una tienda departamental.