Leí con interés, y asombro, la nota del Diario que evocaba los disturbios tras la revocación del Ayuntamiento que presidía Don Wilbert Chi Góngora, supliendo a Don Victor Cervera Pacheco. Recordé esos tiempos y así llegué a un pasaje que se creó que se dió después pero que tiene los mismos elementos. Los estudiantes hacían destrozos en los comercios del centro. Hubo una reunión en la Cámara de Comercio y el gobernador avisó que iría. El vicepresidente de ese entonces había sido condiscípulo de don Carlos Loret, gobernador a la sazón,y  le hizo una llamada advirtiéndole que era imprudente presentarse : había un clima muy tenso.  El gobernador dijo que a pesar de todo, iría. Cuando el gobernador entró al salón de la Cámara hubo protestas y recelos. Llamó la atención el severo cuestionamiento que le hiciera a Loret doña Margot Betancourt, mujer de avanzada y cercana al gobierno. Don Carlos tomó la palabra abrumado por un ambiente que amenazaba desbordarse. En un momento dado hubo  un oferta insólita: señores- dijo el gobernador- el gobierno es el causante de sus pérdidas y por eso el gobierno tiene que pagar sus pérdidas. Los aplausos estallaron, las bienaventuranzas al gobernador podían oírse hasta la  inanimada Av. Itzaes. En medio del clamor de los comerciantes salió Loret de Mola. Al llegar a la puerta les dijo a los líderes empresariales: “ ahora ustedes entran y explican que se pagará de acuerdo a sus declaraciones de Ingresos Mercantiles”. El Impuesto a los Ingresos Mercantiles era un impuesto acumulativo que gravaba las ventas con una taza que iba de acuerdo al tipo de producto. Este impuesto fue derogado para instaurar el IVA. Los líderes quedaron perplejos, sabedores que todos buscaban  “optimizar “ el pago de sus impuestos. Carlos Loret de Mola Mediz ha sido uno de los gobernadores más ingeniosos que ha tenido Yucatan. Los que lo conocieron saben que solo en dos ocasiones perdió fugazmente su ingenio y su excelente apetito: cuando el trance doloroso de Efraín Calderon Lara y cuando don Luis Echeverría pretendió que don Víctor Cervera sucediera a Loret en el gobierno de Yucatan. Fuera de esto don Carlos sabía usar su talento.