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Deliberadamente se ha usado la palabra antigua en lugar de la drástica arcaica. El término arcaico conlleva no sólo el desuso sino cierta imprudencia que ha venido con el tiempo. Las expresiones antiguas tienden a volver, quizás con cierto dejo de broma, cobrando una nueva dimensión. Un ejemplo claro lo tenemos en la expresión: «conocido para el siglo»; en efecto, hace siglos, cuando se hablaba de una persona, se hacía referencia al siglo; también cuando algún joven salía de un convento, monasterio o seminario, solía decirse «volvió al siglo». En este sentido el siglo no solo era una referencia del tiempo sino también del espacio. Esta fórmula ha vuelto en España, no en forma cotidiana, aunque tampoco nadie necesitara preguntar su significado. Nuestro punto de partida está en el siglo XVI, aunque nos encontramos con el mismo fenómeno: en siglos posteriores una voz o una expresión ya había cambiado de significado, decir que las voces y expresiones a las que aludimos provienen de tiempos de la Colonia; esto es: son propias del habla popular española, pero esto no quiere decir que, necesariamente, lo hayan sido en los dominios de ultramar; algunas evidentemente si, otras no.

Culantro: Cilantro

Sarza: Salsa

Excocer: Cocer

Pepitoria: Guiso hecho con os pescuezos y alones d elas alas de las aves.

Cosas de Sábado: Se acostumbraba proseguir con la abstinencia de los viernes pero sin tanto rigor, de ahí que a las cabezas y lenguas que se comían en sábado se les llamara así.

Vivir a la Droga: vivir una vida llena de mentiras.

Se corría: se avergonzaba

Cristiano Viejo: Descendiente de los cristianos antiguos, a diferencia de los nuevos o conversos.

Meter el Dos de Bastos para Sacar el Dos de Oro: Decir, o hacer, algo para obtener un beneficio. Vale por: «Meter aguja por sacar barrete».

Flux: un juego que se gana con cuatro cartas del mismo palo: Figuradamente: consumir o acabar el caudal propio o el ajeno, sin pagar a nadie. Esta voz nos llegó a Yucatán, posiblemente procedente de Cuba, con el significado de saco de vestir.

Decir de Manos: Pedir perdón, pues se acostumbraba solicitar las disculpas con las manos juntas.

Ganar la Palmatoria: El muchacho que llegaba primero a la escuela recibía como premio el aplicar los castigos que mandara el maestro y se consumaban con la «palmeta».

Punto: Orgullo

Gato: Ladrón.

Obispa: Se decía del cucurucho que se les ponía a los condenados por la Inquisición, en clara alusión a su parecido con una mitra.

Noramaza: En malo hora.

Destacar: Desatar los pantalones.

Ético: Tísico.

Privada: Montón de estiércol y basura.

Pelo Bermejo: Pelo de mal agüero. Se dice que judas tuvo el pelo rojo, de ahí que el pelirrojo sea visto con recelos.

Entre Roma y Francia: Expresión que se usaba para referirse a ciertas enfermedades venéreas.

Filisteo: Persona de elevada estatura.

Se Afeitaba con Diaquilón: Afeitarse aquí significa ponerse afeites o cosméticos; el Diaquilón era un cosmético a base de varios sumos de plantas y se usaba parta cubrir tumores o inflamaciones pues tenía ciertas propiedades desecativas.

Holgarse: Divertirse

Hacer la Razón: Corresponder un brindis con otro.

Tobas: El sarro de los dientes.

Salvadera: Vaso cerrado y con agujeros en que se tenía la arenilla para secar lo escrito recientemente.

Gaitas: Lavativas.

Atajarse: Cortarse o correrse de vergüenza, respeto, miedo o perplejidad.

Hambre Imperial: Se toma por hambre especial y grande en su estilo.

Retablo de Duelos: Se dice que quien tiene mucho que hacer es un retablo de duelos.

Pisto: La sustancia que se saca de las aves, habiéndola primero machacado y puesto en la prensa.

Pinícos: Primeros pasos.

Caja de Guerra: Tambor.

Dar Vaya: Burlarse de alguien.

Ayuda de Costa: Lo que se da además del salario.

Azote con Hijos: Con los ramales más gruesos.

Hasta las Trencas: Es decir más allá de lo permitido.

 

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