Abogado de profesión, lo que ya es una nota distintiva, se dedicó a la política y a los negocios. Fue diputado local y alcalde de Mérida en la era en que los políticos revolucionarios y los hacendados y empresarios se reencontraron, si es que alguna vez estuvieron enfrentados. El espacio en Mérida en que se exhibe este reencuentro es la Avenida Colón: ahí los políticos y los empresarios y hacendados hicieron sus grandes casas. Ahí vivió el Lic. Vicente Erosa Cámara que incursionó con mucho éxito en la industria cordelera. Fue el director de Cordeleros de México , una asociación de industriales cordeleros. En esta memorable empresa hizo un equipo notable con dos personajes: Andrés García Lavín, que era el contralor; y Julio Molina Ceballos , quien era el contador y llegó a ser Director de Finanzas de Cordemex. Fue don Vicente quien negoció con don Antonio Ortiz Mena la venta de las cordelerías. Este fue una de los momentos históricos de Yucatán. Con gran talento don Vicente incursionó en el campo de las finanzas: fue el presidente y director  del Banco del Sureste y director de la Financiera  Peninsular. Como suele suceder , desde esta posición tuvo posibilidades privilegiadas para adquirir empresas con problemas. Así fueron parte de su grupo: Veladoras El Faro, Galletas Plama, la Sidra Pino y otros. Se volvió un referente en la vida económica del Estado. Fue el líder de la actividad empresarial, posición en la que sucedió a don Arturo Ponce G. Cantón. Habrá que estudiar la vida de este hombre , que es en sí  mismo una época de Yucatán.