Cientos de familiares y amigos del padre Jorge Antonio Laviada Molina llenaron ayer el Aula Magna y los jardines del Seminario Mayor para participar en la misa que presidieron el arzobispo Emilio Berlie Belaunzarán y los padres Melchor Trejo Alvarado y Joaquín Vázquez Avila

Cientos de familiares y amigos del padre Jorge Antonio Laviada Molina llenaron ayer el Aula Magna y los jardines del Seminario Mayor para participar en la misa que presidieron el arzobispo Emilio Berlie Belaunzarán y los padres Melchor Trejo Alvarado y Joaquín Vázquez Avila

Articulo de la edición electrónica del diario de Yucatán.

El presbítero Jorge Antonio Laviada Molina, rector del Seminario Conciliar de Yucatán, quien falleció ayer por la tarde de manera repentina, nació en Mérida el 2 de septiembre de 1965, en el seno del matrimonio que formaron los esposos doctor Eduardo Antonio Laviada Arrigunaga y Noemí Molina Duarte.

Tuvo seis hermanos: Noemí de Navarrete, Eduardo, doctor Hugo Antonio (endocrinólogo), Isolina de Juanes, Alejandrina de Walker y Graciela de Abraham.

Cursó la educación preescolar en el Colegio Mérida y de la primaria a la preparatoria en el Colegio Montejo y el Centro Universitario Montejo, de los hermanos maristas. El 31 de agosto de 1984 ingresó al Seminario, donde estudió todas las etapas de su formación sacerdotal: Curso Introductorio, de 1984 a 1985; Filosofía, de 1985 a 1987, y Teología, de 1988 a 1992. Entre 1987 y 1988 participó en un programa de intercambio cultural en Iowa, en los Estados Unidos.

El 11 de junio de 1992 recibió el orden del diaconado junto con Wílliam Gabriel Puga Cobá, César Antonio Segovia Hoil y Roger Martín Castilla Segura, de manos del entonces arzobispo Manuel Castro Ruiz. El 3 de diciembre siguiente, los cuatro recibieron el orden sacerdotal.

Fue vicario de la parroquia de los Tres Santos Reyes de Tizimín, de donde partió en 1993 a Roma, Italia, para estudiar la Licenciatura en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana, hasta 1995.

A su regreso se integró al equipo formador del Seminario Mayor, donde fue prefecto del Curso Introductorio (1995-1997), de Filosofía (1997-2000) y de Teología (2000-2009); vicerrector (desde el 15 de octubre de 2009) y rector (del 8 de diciembre de 2009 hasta ayer).

En la casa de formación también fue profesor de Teología Dogmática y Cristología, coordinador de la formación pastoral y prefecto de estudios.

A la par destacó como integrante del área de estudios de la Comisión del Clero, coordinador de diversos cursos y simposios teológicos, consejero fundador de la asociación civil Impulso Universitario, fundador y asesor del Centro de Estudios de Teología a Distancia de la Arquidiócesis de Yucatán y encargado de la formación permanente de los sacerdotes de cero a cinco años de ordenados de la Arquidiócesis.

Fue presidente de la Organización de Seminarios Mexicanos y, como tal, representó al país en diversas reuniones y encuentros internacionales.

En marzo de 2007 fue nombrado rector de la iglesia de Nuestra Señora del Líbano.

Además de sus hermanos, le sobreviven sus hermanos políticos Jorge Navarrete Fernández, Beatriz Fernández Lavalle, Gabriela Nagel de Regil, Álvaro Juanes Cámara, Jorge Walker Olvera y Javier Abraham Mafud, y sobrinos Álvaro, Mauricio, Ricardo y Patricio Juanes Laviada; Rodrigo, Alejandra y Eugenia Navarrete Laviada, Antonio, Hugo y Cristina Laviada Nagel; Jorge Eduardo y Alejandrina Walker Laviada; Eduardo, Constanza y Bernardo Laviada Fernández, y Javier Abraham Laviada, quienes reciben las condolencias de las personas de su amistad, a las que asociamos cordialmente las nuestras.

Hoy se oficiarán misas, a las 11 de la mañana, en Nuestra Señora del Líbano, y a la una en el Seminario Menor, de donde partirá el cortejo rumbo al mausoleo del Clero en el Cementerio General.

Legado | Opinión de la Iglesia

En emotivo comunicado, la Arquidiócesis comentó sobre el padre Laviada Molina:

Talento y humildad

Gozó de una gran aceptación en el presbiterio de Yucatán por su talento y humildad. Fue hombre de fe, generoso y fraterno, que se caracterizó por su estilo de vida austero y evangélico.

Acompañamiento fraterno

Dejó huella porque se impuso la tarea de trabajar en equipo con los otros formadores en la aplicación de los criterios extraídos en la Exhortación Apostólica Pastoras Dabo Vobis, caracterizándose por su disponibilidad para un acompañamiento personal y comunitario a los alumnos de manera sistemática y fraterna.

Autoridad moral

Se desempeñó con gran competencia y con una enorme autoridad moral por su coherencia de vida sacerdotal.

Capacidad reflexiva

Como profesor de Teología Dogmática fue muy valorado por los alumnos por su capacidad reflexiva y su integración entre la fe y la vida. Impartió con especial competencia y dedicación la cátedra de Cristología.