Tres fueron los golpes fatales del Estado Mexicano contra el henequén hasta el punto de dejarlo moribundo, languideciendo penosamente por muchos años.
- ELIMINAR A LAS CASAS EXPORTADORAS, Salvador Alvarado. Estos intermediarios mantenían deprimido el precio del henequén para favorecer a los compradores norteamericanos y por este servicio recibían una comisión. El problema tenía que ser solucionado en favor de la mayoría de los actores del proceso henequenero. Sin embargo se propició una subida del precio de la fibra que dañó nuestra participación en el mercado. Los compradores estimularon otros centros de producción. Esto ocurrió en el gobierno de Salvador Alvarado y desde entonces fuimos perdiendo nuestra participación en el mercado. Posteriormente una burocracia corrupta ocupó el sitio de las casas exportadoras e hizo su labor, pero ya había una competencia feroz en el mercado.
- REPARTO DE TIERRAS, Lázaro Cárdenas del Río. Repartir hectáreas cultivadas de henequén y otras incultas pretendía cumplir un postulado de la Revolución: la tierra es para quien la trabaja. En la entraña de este planteamiento está el problema: la Independencia, y en particular la Iglesia, las órdenes religiosas y las cofradías, se habían quedado con 3 cuartas partes del territorio nacional convirtiendo a los indígenas en inmigrantes en su propia tierra. Restituirle la tierra como lo hizo La Colonia era fundamental. La forma en, operar volver a quedar a merced de una burocracia zafia y voraz. Eran libres pero el aparato burocrático nunca podo darle una mejor forma de vida. La producción fue cayendo, salvo en los períodos de las guerras.
- LA EXPROPIACIÓN DE LAS CORDELERÍAS, Adolfo Ruiz Cortines. Los empresarios habían conservado “la pequeña propiedad” y el tren de raspa. Sin embargo, algunos más audaces, desde los tiempos de los años veintes fundaron cordelerías, obtuvieron mayor valor agregado al dirigirse a los consumidores de los productos. Para enfrentar las fluctuaciones del mercado, las presiones gubernamentales y la competencia interna se funda Cordemex, una empresa privada conformada por cordeleros. Esta empresa también les fue expropiados de sus dueños para crear el consorcio público Cordemex, un símbolo ingrato en la historia cordelera del Yucatán. Este golpe que nulificaba a la iniciativa privada fue devastador para el henequén: el Estado controlaba todo y nunca ha sido un buen administrador. El resto lo conocemos, la industria henequenera de Brasil goza de cabal salud, así como otras. Y nosotros estamos totalmente fuera.