El valor de un terreno, que no el precio que es la cantidad en que se vende, está determinado por tres factores: conectividad, sustentabilidad y nivel humano. Cierto: debe carecer de “accidentes” e “incidentes”, los primeros pueden ser depresiones en el nivel del terreno, montículos o presencias de cables de alta tensión, etc.; los segundos aluden a observaciones de carácter legal. Así como no hemos sido capaces de volver a la estructura barrial y seguimos construyendo colonias con una avenida principal y calles perpendiculares, tenemos la práctica de lograr algo de paisajismo y vender a un precio considerable los terrenos, esto, aunque se encuentren fuera la de las colonias de la ciudad. Esto es posible porque por toda la ciudad tenemos agua, pero en realidad es una forma de complicarse la existencia.

CONECTIVIDAD

Cuando alguien compra un terreno, compra un rumbo, una calle y un pedazo de la ciudad. Pero requiere desplazarse para realizar su vida y en ese sentido el terreno tiene que tener conectividad.

La traza radial de la ciudad, hasta el periférico, permite un apreciable nivel de conectividad. Existen calles que pueden conectar El Centro Histórico con el periférico y en tal sentido permiten llegar a las entrañas de la ciudad o salir de ellas y dirigirse a otros rumbos. Las Vías de Conectividad son las calles que unen a dos de esas Calles Exógenas que conectan el centro con el periférico. Una buena conectividad exige que a menos de quinientos metros se encuentros dos Vías de Conectividad de doble sentido; esta condición permitirá una movilidad eficiente con vehículo. Verdad es que las ciudades se hicieron para los hombres, pero no menos cierto es que no se puede prescindir de la Conectividad que es la base de un trasporte público competente.

SUSTENTABILIDAD

Desacreditado el modo de vida out the town los seres humanos necesitan un conjunto de satisfactores que puedan ser obtenidos solo con caminar. Eso era lo que ofrecía la vieja estructura barrial con su parque, su iglesia, su mercado, sus escuelas, sus cines y hasta su botica con doctor. Su majestad tiránica, el automóvil, no se requería para vivir cotidianamente: era un mundo feliz. La sustentabilidad contemporánea se logra teniendo a menos de quinientos metros los siguientes satisfactores: Iglesia, parque, escuela hasta la secundaria, supermercado, tienda de conveniencia, farmacia, cajero bancario y ruta de trasporte público. Ese es el reto de las próximas administraciones municipales: dotar de sustentabilidad a todas las zonas de la ciudad. Ya pasó la época de mantener los servicios públicos municipales con excelente calidad, al menos como función única o principal. La administración municipal tiene que acometer la causa de la sustentabilidad que tanto afecta la economía de los ciudadanos. Los gastos en gasolina por falta de sustentabilidad que obliga a desplazarse, los gastos en transporte público por no tener escuelas cerca y todo lo que implica, se tienen que abatir para bien de las familias.

NIVEL HUMANO

Hemos dicho ya que las ciudades se hacen para los hombres y los hombres caminan con los pies en la tierra. El Nivel Humano tiene dos consideraciones: la que alude a la urbanización: calle, banquetas y energía eléctrica; y la otra a la posibilidad de caminar. Nos hemos ocupado de las bardas que despojan de nivel humano a las calles y dañan a las construcciones impidiendo el libre tránsito del aire que fomenta la humedad. Alguna gente ha pensado que si no se pavimenta su calle no transitan automóviles, ni gente, y en esa forma se obtiene privacidad. Esto es una falacia. Las calles que carecen de nivel humano afectan considerablemente el valor del terreno y, por extensión, el de la construcción. Este es otro reto de la ciudad: lograr nivel humano en las calles. Una fórmula muy exitosa es dotando de vida a los parques. Cuando un parque tiene vida la gente va caminada a él y se crea un ambiente festivo en toda la zona: los niños van jugar, los jóvenes a hacer deporte, los enamorados a contemplarse, los adultos a conversar, etc.