El 17 de agosto de 1848 el gobernador Barbachano expide un decreto reincorporando a Yucatán a la República Mexicana. Para entonces se vivían los días severísimos de la Guerra de Castas y se habían depuesto las diferencias entre los grupos locales. Al mismo tiempo se solicitó y obtuvo el auxilio de las fuerzas federales. Volvieron las turbulencias políticas y el 7 de agosto de 1857 se inicia una revolución en Campeche que termina, después de muchos incidentes, en el legendario tratado del 3 de mayo de 1858 mediante el cual se acuerda dividir al estado de Yucatán, creándose el estado libre de Campeche. Este golpe, aunque previsible, fue determinante en la vida de Yucatán.