Macay

El pasado 22 de mayo se presentó en un salón de El Macay el libro de Sara Poot Herrera “Viento, galope de agua entre palabras”. El título está inspirado en un verso de Octavio Paz.

El volumen recoge una serie de ensayos sobre la obra de Elena Poniatowska , premio Cervantes 2014. La presentación estuvo a cargo de Addy Góngora Basterra, Dolores Almazán y Gonzalo Navarrete Muñoz.

Cuando Addy empezó hablar ocurrió algo insólito: Sara , habitada por una intensa emoción, empezó a lagrimar notoriamente. En un giro afortunado la presentadora evocó la película “La Cucaracha” con María Félix y Emilio Fernández. Se trató de la escena en que la Cucaracha (Félix) le dice al Coronel Z (Fernández): “Qué bonito te llamas, nadie se llama como tú”, en alusión al segundo apellido de Elena: Amor. Un aplauso alegre irrumpió en el salón. Dolores Almazán comentó los puntos en que estaba de acuerdo con los comentarios de Sara y aludió a pasajes de la obra.

Navarrete Muñoz hizo un breve recuento de la obra de Elena y se refirió a su naturaleza de intelectual: escribe y ejerce la crítica, “tanto como lo hicieron Octavio Paz y Carlos Monsiváis”. “Elena tiene dos clásicos de la literatura mexicana de todos los tiempos: La noche de Tlatelolco y Hasta No Verte Jesús Mío”, dijo Navarrete y recordó a Juan García Ponce que le decía a Elena “taradita”. Elena , al hablar , dijo: “No tengo palabras para agradecer este día”. Sara habló del libro y de los ensayos, así como de la admiración por la obra de Elena. Habló con aplomo, ya había dominado su emoción. Tanicho , que estaba presente, se puso de pie y le cantó una sevillana a Elena , lo que dio un aliento muy especial a la noche. Al momento de las preguntas , un señor se puso de pie y trató de narrar su participación en el dos de octubre del 68, pero le fue imposible: sollozante le agradeció a Elena el haberle dado voz a todos los muertos y los que sufrieron cárcel y persecución. Fue un momento que resumió todo lo que se había dicho en la noche . Elena , generosa como siempre, se quedó junto con Sara, que dedicaba libros, dando autógrafos y posando para los retratos.