El efecto Nearshoring (deslocalización) ha atraído a más de 100 empresas a México. Se estima que en 2022 esta tendencia generó una derrama de 30 000 millones de dólares. Esto ha detonada las ventas en el sector inmobiliario industrial. Credit Suisse presentó su informe al respecto, detallando que: desde noviembre del año pasado se han identificado cinco anuncios de instalaciones de plantas industriales en el país por un total de 1100 millones de dólares. La cadena de suministros que más presencia tiene es al del sector automotriz , pero ya se nota un dinamismo en la del sector eléctrico. Las cadenas de suministro con tienen en México son: automotriz, electrónica, alimentos y procesadores. Por ejemplo, la planta de vehículos eléctricos de la BMW , con una inversión de 850 millones de dólares, requiere instalaciones para establecerse en México. Hay una gran demanda de bodegas e instalaciones industriales. Las empresas que llegan son canadienses, chinas, coreanas y japonesas. De acuerdo al informe del total de inversiones realizadas en México por el efecto Nearshornig Monterrey capta el 50%; Saltillo, el 11%; Mérida , 8 % y San Luis Potosí, el 6%. Según el mismo informe aun faltan inversiones en infraestructura. Los bancos regionales, de las zonas donde se han establecido las nuevas industrias, reportan que el 5% de sus actividades provienen de esta nueva tendencia en la economía mexicana. Sorprenden el caso de Monterrey y Mérida, la primera porque tiene un gravísimo problema con el agua: y la segunda porque no está cerca de los mercados que consumirán los productos. Claro: Mérida cuenta con una infraestructura que permite la salida de los productos, así como otros factores importantes que ha menudo se repiten. Algunos especialistas sostienen que la economía mexicana no solo es atípica sino que es sumamente vulnerable: el 13% depende del mercado interno y 83% de la actividad exterior. Pero , al menos para ciertas actividades del hombre, se han desdibujado las fronteras.