La familia Ponce de Yucatán desde la condición singular que significa que por más de cien años esté ocupando un lugar destacado en la actividad empresarial del estado. En México las empresas son, generalmente, de dos generaciones; otro tanto se puede decir de los empresarios. Cualquier estudio serio mostrará que la mayoría de los empresarios del tiempo de don Porfirio no pudo sobrevivir a la Revolución; también se puede decir de los empresarios de este último movimiento social que, en medio de las convulsiones de las últimas décadas, no aparecen en los sitios destacados de los albores del siglo XXI, ocupando su lugar otros emprendedores. Excepciones las hay, desde luego; el caso más notable lo podemos encontrar en Nuevo León, sin embargo apenas si se necesita decir que la clase empresarial neoloenesa es un caso único en América Latina. Los empresarios de Nuevo León pasaron de la actividad agrícola a la Fundidora Monterrey. La familia Ponse constituye una de esas excepciones en nuestro país y por eso ha atraído la atención de los estudiosos del tema.
DON JOSÉ MARÍA PONCE SOLÍS Y SU PRODIGIOSA OBRA
Los orígenes de la familia Ponce , en Yucatán, se encuentra en Izamal. Ciertamente en Izamal nació don José María Ponce de León y Solís, hijo de don Manuel Ponce de León y Marín y doña Laureana Solís. Don José María fue hijo único de este que fue el segundo matrimonio de su padre, don Manuel había sido casado antes con doña Pilar Contreras naciendo de esta unión cuatro vástagos: Mateo, José Dolores Pilar y Rosalía; precisamente de don José Dolores descienden las familias Ponce Font, Ponce Cámara, Casares Ponce, Casares Cámara, Macari Casares, Casares Espinosa, Ponce Pallares, Torre Ponce, Sansores Ponce y Losa Ponce, entre otras.
José María Ponce Solís fue un joven incansable que con talento y el cuidado de un buen nombre, lo que en aquella época era importante, lo mismo fue representante de compañías de seguros que de líneas navieras; fue un gran entusiasta del proyecto de puerto de Progreso, de hecho según la crónica de don Romeo Frías Bobadilla, fue uno de los primeros en adquirir lotes alrededor de la Plaza Principal del flamante puerto, motivo por el cual aparece como uno de los primeros vecinos del puerto.
A don José María Ponce se le reconoce como uno de los personajes que financió al General Francisco Cantón en la construcción del ferrocarril de Mérida a Valladolid, estando así en los movimientos de vanguardia económica de Yucatán Ponce Solís ya no usa el de León que todavía su padre reconocía, en cambio se hizo acreedor a varios apodos , de hecho él fue, aparentemente, el primer «conejo» de la larga y famosa dinastía. A Ponce Solís le encontramos también en la industria henequenera, precisamente en la parte más rentable: fue exportador de la fibra, ciertamente en forma modesta si se le compara con la Casa Escalante o con la de don Olegario Molina; sin embargo don José María también producía la fibra en su finca «Cacao». Hombre interesado por lo que le rodeaba fue presidente del H. Cabildo de la Ciudad a principios del siglo XX (extraña que la enciclopedia «Yucatán en el Tiempo» no consigne este dato, así como su afirmación en el sentido de que el nacimiento de Ponce Solís se dio en Mérida). Incursionó en la industria fabricando hielo, chocolate y dulces, hasta que hace la que sería su obra maestra: la célebre Cervecería Yucateca, fundada en los albores del siglo XX con maquinaria extranjera y con un maestro cervecero alemán que contribuyó a establecer la bien lograda calidad de las cervezas que le dieron fama a todo Yucatán. La Cervecería Yucateca permaneció en manos de la familia Ponce hasta el año de 1979 que sus nietos Arturo y Fernando la venden a la Cervecería Modelo. Ponce Solís, tras una vida de lucha y pasión, muere en 1913 a los setenta y tres años de edad, pues había nacido en 1840.
LA SUCESIÓN: LOS PONCE CÁMARA
La sucesión de don José María Ponce Solís es vasta, como será fácil intuir, ya que tuvo 11 hijos con su esposa doña Manuela Crescencia Cámara y Luján con quien había contraído nupcias el 16 de agosto de 1861. Sin embargo conviene destacar la labor de los descendientes que hizo posible el engrandecimiento de la Cervecería yucateca que pudo haber sido uno de los grupos cerveceros nacionales de mayor importancia. La cervecería y la sucesión genealógica de don José María parecen estar íntimamente vinculadas; la solidez de una política puede explicar la permanencia de ambas en el tiempo: la Cervecería yucateca, fundada como sociedad en 1902, otorgaba servicio médico y medicinas a sus empleados, así como el goce íntegro de su salario durante la incapacidad, esto antes de la existencia de una ley laboral. Algunos ven el esto una política que proviene de la hacienda yucateca que otorgaba las mismas prestaciones a los peones, claro que por motivos parecidos pero distintos en un punto: la hacienda necesitaba cuidar a sus peones por los escasos que eran. Sin embargo se ha dicho que los Ponce, en sus distintas generaciones, se distinguen por pagar sueldos y otorgar prestaciones por encima de la media, lo que redunda en el beneficio de sus propias empresas.
Conviene recalcar que, desde los tiempos de Ponce Solís hasta nuestros días, la familia Ponce se ha distinguido por la austeridad en sus hábitos y costumbres personales, a diferencia del estilos suntuoso al que eran, y siguen siendo, afectos los yucatecos acaudalados. Quizás en esto pueda encontrase la clave de la permanencia en el tiempo de la familia Ponce: las distintas generaciones de han apegado a una vida austera y de trabajo. De la segunda generación se distinguen Fernando; Manuel y Arturo Ponce Cámara, los tres ejecutivos de la empresa; de don Fernando descienden los Ancona Ponce, los Rincón Ancona y los Ancona Teigell; de don Manuel, los Ponce Alonzo, Ponce Patrón y Ponce Pino, entre otros; caso especial lo constituye don Arturo quien logró una posición destaca en la comunidad: de 1925 a 1935, año en que murió, ocupó el puesto de Gerente-Director de Henequeneros de Yucatán; ya antes había ocupado por muchos años el puesto de Gerente de la Cervecería Yucateca; más adelante nos ocuparemos de la íntima relación que unió a don Arturo Ponce Cámara con otro yucateco ilustre, don Carlos R. Menéndez González. Don Arturo Ponce Cámara fue padre de don Arturo Ponce G. Cantón quien fuera Gerente General de la Cervecería Yucateca de 1931 a 1979.
LAS CONSECUENCIAS DE LA SOLIDARIDAD
Todavía hasta bien entrado el siglo XX era motivo de gran orgullo el ayudar a otros para alcanzar el éxito, en la historia económica de Yucatán existen historias de cautivadora solidaridad. Con el apoyo de la generación de los Ponce Cámara se impulsaron dos familias de empresarios yucatecos. Cuenta la leyenda que una de los hermanos Ponce Cámara jugaba a las cartas por las noche con un grupo de amigos, entre ellos se encontraba el inmigrante sirio-libanés Levy Felipe, hombre de apreciable simpatía que había llegado a Yucatán con su hermano, Juan Felipe, y con la esposa de este, Tamine Dáguer.
Al calor de los lances del azar, una noche Ponce Cámara apostó con Levy Felipe la distribución de la Cervecería yucateca; Levy Felipe ganó la partida y Ponce Cámara honró su palabra. Levy Felipe, que había sido el concesionario del restaurante del Gran Hotel, era amigo de la noche por los cual encontraba dificultades para cumplir con las tareas que le exigía su nueva y rentable condición como distribuidor de la Cervecería Yucateca, por lo tanto recurrió a un sobrino de la esposa de su hermano para que lo apoyara en las labores: Salim Abraham Dáguer, quien resultó un espléndido colaborador.
La distribución de la Cervecería fue por muchos años un negocio muy rentable y de ahí que Salim pudiera ayudar a sus hermano mayor Asís a fomentar su pequeño negocio de telas y otros géneros de mercería; posteriormente se sumó al grupo el más joven de los hermanos, William.
Vistas así las cosas, la familia Ponce fue trascendente en la fundación de uno de los grupos empresariales más fuertes de Yucatán: el grupo Abraham.
DON ARTURO PONCE CÁMARA Y DON CARLOS R. MENÉNDEZ GONZÁLEZ
Fue cercana la relación de estos dos personajes. Don Arturo siempre fue de gran apoyo para don Carlos en todas las vicisitudes que este sufrió. Gracias al desprendido apoyo económico de Ponce Cámara y a su solidaridad inquebrantable don Carlos pudo sortear varios trances, incluido el que destruyó el Diario de Yucatán. Don Carlos R. Menéndez González y sus descendientes siempre han reconocido la trascendencia que tuvo en sus vidas la fraternidad de Arturo Ponce Cámara.
ARTURO Y FERNANDO PONCE G. CANTÓN
Aunque tenían los mismo apellidos no eran hermanos, siendo, sí, hijo de dos hermanos. Arturo era hijo de don Arturo Ponce Cámara y su esposa, doña Estela G. Cantón Ramos; Fernando era hijo de don Álvaro Ponce Cámara y su segunda esposa, doña María G. Cantón y Horta; del primer matrimonio de su padre don Fernando tuvo dos hermanos: Isabel, quien se casó con Manuel Barbachano Bolio, unión de la que provino el célebre cineasta Manuel Barbachano Ponce; y Álvaro, quien se casó con Julia Peón Palma, proviniendo de esta unión los Ponce Peón, Ponce Espejo, Ponce Peniche, Millet Ponce, Casares Ponce, Ponce Hernández, Zavala Ponce, entre otros; don Álvaro Ponce Cámara y doña María G. Cantón y Horta tuvieron otra hija: María del Socorro, quien se casó con don Juan García Rodes dando lugar a los no menos célebres García Ponce y sus descendientes los G. Cantón García y los García Villareal, entre otros.
Arturo Ponce G. cantón nació en Mérida e hizo sus estudios primarios en la Escuela Modelo antes de estudiar en los Estados Unidos, primero en el Chauncy Hall y después en el Instituto Tecnológico de Massachussets, graduándose como ingeniero mecánico; ya en Mérida contrajo nupcias con Ana María Alcalá Pintado, de esta unión proceden sus hijos Arturo, Pedro y Anette, así como sus respectivas familias: los Ponce Molina, Ponce Palomeque y Mantecón Ponce. En el año de 1931 el consejo de administración de la Cervecería lo nombró gerente general, aunque algunos opinan que el gran giro de su carrera empresarial se dio cuando en el año de 1937 funda, con Fernando Barbachano Peón y Augusto Iturralde, la sociedad anónima Hoteles de Yucatán, dueña del Hotel Mérida.
Realmente don Arturo Ponce G. Cantón se vinculó a otros muchos proyectos empresariales de Yucatán en todos los ramos y ejerció una suerte de liderazgo en la iniciativa privada de esa época. Fue presidente de la Cámara de Comercio de Mérida, de la Cámara de la Industria de Transformación y de la Cruz Roja Mexicana de Mérida. A su incansable espíritu emprendedor se debe la fundación de la Clínica de Mérida de la que fue presidente hasta su muerte.
Don Arturo Ponce G. Cantón, y su primo Fernando, decidieron la venta de la Cervecería al Grupo Modelo, sin embargo para muchos el problema se había incubado de tiempo atrás: el principio de que los Ponce eran dueños del mercado peninsular, al que no entraban otras marcas de cervezas, y en cambio no se metían en otras áreas geográficas fue siempre una equivocación. Frente a los grandes grupos cerveceros la Cervecería había quedado dramáticamente rezagada: la guerra se había perdido de mucho tiempo atrás, quizás en la generación anterior. De don Fernando Ponce G. Cantón se ha escrito poco aunque su personalidad se extiende y crece, con el tiempo.
Don Fernando no estudió en los Estados Unidos, se graduó de contador privado en la Academia Marden tras haber estudiado en la Escuela Modelo; sin embargo don Fernando fue un hombre disciplinado y trabajador, y a juzgar por los resultados, dueño de un talento considerable: fue pieza clave en la diversificación que ha hecho posible que los Ponce prosigan con su exitosa carrera empresarial; sin embargo esto sería insuficiente para definirlo pues no sólo fue la diversificación sino el éxito que se obtuvo de ella.
En efecto. los Ponce, ya se ha visto, entienden del valor de alianzas y sociedades, saben que el éxito de un aliado también es propio; quizá con algo de esto, y la natural búsqueda de la rentabilidad, se pudo dar la asociación con la familia Vales dueña del que hoy constituye la parte más representativa del Grupo Ponce. Ciertamente este pasaje ha dado lugar a diversas críticas, algunas de lelas se han hecho públicas, sin embargo los descalabras de la familia Vales no encontraban sus causas en los Ponce G. Cantón.
Lo cierto al caso es que la embotelladora de Coca-Cola, la distribuidora de automóviles y de camiones de carga han llegado a tener una dimensión apenas imaginada hace cuarenta años.
LOS PONCE GARCÍA
Los hermanos Ponce Alcalá, una vez vendida la Cervecería Yucateca, no se adaptaron a la nueva era; don Manuel mantecón Álvarez, casado con la única mujer Ponce Alcalá siguió su propia carrera, hasta lograr un sonoro éxito con Mitza. Fueron los hermanos Ponce García: Fernando, Alberto y José Luis, los que se hicieron cargo de las tres grandes divisiones del grupo y han impulsado su crecimiento. En esto Fernando Ponce G. Cantón honra la tradición de su familia: no basta hacer crecer las empresas, no basta con fomentar los depósitos bancarios y las inversiones en valores, de nada servirán la vida austera y la diversificación sino se consigue una sucesión capaz de colaborar y después proseguir con todo, quizá como una forma de inmortalidad.
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