Los mayas tenían varias  concepciones del tiempo, una era circular. Esta idea supone que un evento no debe ocurrir hasta que no se hayan dado ciertas circunstancias. Esta visión prevalece sin objeciones cuando interviene la voluntad. De ahí la falta de compromiso cuantitativo y las expresiones que pueden parecer vagas, a la cabeza de ellas está: “en un rato” que puede significar un minuto o varios años. Otra expresión es “a lo veo”. ¿Cuándo? No es fácil precisar, depende de otros acontecimientos. Es un acto de violencia precipitar el tiempo. Los acontecimiento deben hacerse en su justo tiempo, de lo contrario todo se desbarata.  A menudo el propio hecho es la referencia: “ya que yo llegue”, “después de refrescarme”, “así que entre la noche”, “ya que yo me establezca nos casamos”, entre otras muchas. Este concepto del tiempo se ha trasladado a la mayoría de los yucatecos. Ciertamente en occidente ha prevalecido la idea británica que Benjamín Franklin llevó a los Estados Unidos y que está basada en la tiranía  absoluta del reloj al que nos tenemos que ajustar nuestras vidas. Para los mayas- y sus herederos : los yucatecos contemporáneos- los números no rigen al hombre sino sus propios hechos secuenciales. Esta es una justificación teórica. Claro que no es fácil entenderla para personas que no conocen la cultura yucateca. Los mayas tenían una medición numérica del tiempo que servía para efectos de la astronomía y la agricultura básicamente. Pero el hombre y su vida no se volvían esclavos de esa medición, por el contrario. Esta manera peculiar no parece estar tan afectada en nuestra cultura como lo está el español de Yucatán , la cocina , el gusto por la ropa blanca,etc.  Parece más firme. Sin embargo tendrá el mismo fin : se rendirá ante el extranjero. Va ocurrir  así que llegue su  momento.