cocina española

Es significativa la influencia Árabe en la cocina de Occidente, no podría serlo de otra forma: el poder del mundo Islámico trascendió a Europa y de ahí al mundo entero. Fueron las caravanas de mercaderes islámicos las que introdujeron una gran cantidad de productos provenientes de regiones remotas.

A la legendaria Bagdad llegaban: la seda, el papel y la tinta de la China, las especias y tintes de la India, el arroz, los granos y el lino de Egipto, las verduras y nueces de Persia. El Corán prohibía a los musulmanes comer “los alimentos muertos, la sangre, la carne de cerdo, y todo animal que no haya sido sacrificado a dios, así como los animales ahogados o que hayan muerto de un golpe, caída o herida de cuerno”, los musulmanes podían comer pescado, animales apresados, animales apresados por perros amaestrados, así como la carne de animales permitidos: ovejas, camellos y cabras.

El gusto por las semillas de ajonjolí, algarrobas, arroz, lentejas, limones, melones, albaricoques (chabacanos), se propagó rápidamente por las tres principales de contacto con el Islam: España, Sicilia y Levante.

La caña de azúcar, presente ya en el antiguo Egipto, fue introducida en Sicilia por los árabes hacia el siglo VIII d. C., y así es como se extendió a todo el Mediterráneo.  La cúrcuma o azafrán  de la India, el jengibre, el clavo, el hinojo, la pimienta (que era considerada como un tesoro aunque se le llamara “estiércol del diablo”), el laurel, la mostaza, el perejil y el ajo llegaron a través de los largos recorridos de los marineros de Alejandría y de los del Califa de Bagdad, siendo el más famoso de éstos últimos es Simbad “El Marino”.

El arroz merece algunas consideraciones adicionales: originario de Asia Central fue introducido en Madagascar por los árabes en el siglo X, sin embargo hoy es fundamental en las mesas occidentales. De oriente proviene el cocido al vapor o “Baño de María”, nombre éste último de una reina egipcia que algunos vinculan Moisés. También el mazapán, tan español y yucateco, es de origen árabe y quiere decir “rey sentado”; este dulce aparece en el fascinante libro “Las Mil y una Noches” y se le llama “Deseo del sol”.