El colonial templo del Jesús se ve distinto, en lo que se puede ver por los árboles. Llama la atención el movimiento de la hoy calle 59. Guardadas las proporciones, sigue siendo el mismo. No se puede apreciar la construcción que se ve inmediatamente después de la puerta lateral.  Todo el entorno colonial del templo ha desaparecido. Cruzando el jardín está ahora el Peón Contreras, atrás, un Congreso sin estilo aparente, enfrente, construcciones del siglo XX.  Pero el templo sigue erigido, fiel a su destino: permanecer desafinando al tiempo.