La gran revolución en la historia de la arquitectura fue el Funcionalismo, esta corriente planteaba la preponderancia de los espacios diseñados para el uso, para la función. La fachada no tiene importancia, no es arquitectura, más aun el Funcionalismo planteó un principio fundamental: no se debe gastar un solo centavo en lo que no da calidad espacial. Quizás sea un nuevo principio: el de la economía. Una corriente del Funcionalismo observó otro principio imprescindible en las ciudades: la conciliación con el paisaje urbano. En la Colonia México y en la Colonia Alemán apareció el Funcionalismo. Esta aparición se vio enriquecida por la invención de su majestad el block. Posiblemente la mejor colonia de la ciudad sea la México, a pesar de sus insuficiencias. La Colonia México es de los años 40 y 50, tras ella parece que la ciudad perdió el rumbo. En realidad tras el funcionalismo apareció en el mundo la corriente Postmoderna que replantea el fachadismo, que siempre deriva en ser complicado. Eso lo vamos a ver en la colonia Campestre y en las sucesivas, por varios rumbos de la ciudad. El siguiente período también plantea un grave retroceso: el Tardomoderno prescribe espacios isotópicos, esto de alguna manera contradice a la visión del Funcionalismo. Esto también va aparecer en distintos rumbos de la ciudad. Finalmente aparece el Minimalismo que es la herejía contra toda forma de fachadismo. Es una postura radical que solo puede ser viable en Mérida si permite conciliación con el medio ambiente: aire cruzado con ventanas a más de un metro del suelo. Pronto puede darse un retorno al funcionalismo que tanto enriqueció la vida de la ciudad.