Esta hermosa vista del templo de Itzimná, consagrado a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, se ve inmune al paso del tiempo. El antiguo poblado, hoy inmerso en la vida de la ciudad, era utilizado para levantar quintas de verano.
Como sucede a menudo, el respeto por el espacio del templo le da una visión singularmente hermosa. Como se notará, esta foto se tomó desde la misma perspectiva que su antecesora, ahora parece impertinente el farol, pero no lo es porque se encuentra adecuadamente centrado.