La década de los veintes fue, sin duda, sobresaliente en el siglo pasado, quizás fue la mejor época. Las mujeres, protagonistas de la historia, se subieron el vestido, se soltaron la cintura, se cortaron el pelo-como quizás no lo habían hecho antes-, fueron a la universidad, bailaban y se burlaban de sus críticos. También la intensidad política brilla en esos años con todo su esplendor. El cine se vuelve lo que ha sido. Dijo Oscar Wilde, y dijo bien, que la vida es la que imita al arte. A partir de la década de los veintes occidente tendió a imitar a los modelos del cine: a Mary Pickford, como la “falsa ingenua”, después a Marlene Dietrich como “La Femme fatale”. Rodolfo Valentino, y su prototipo de El Latin Lover, había vibrado en el cine silente y posiblemente prevalecía en la década de los veintes. Felipe Carrillo Puerto tomó posesión del cargo de gobernador el 1 de febrero de 1922. Era a un tiempo el líder del Partido Socialista del Sureste y por eso prefería despachar en La Liga Central. EL triunfo de Carrillo Puerto caminaba con la historia: el socialismo desplazaba al liberalismo. Sin embargo los conservadores permanecían más o menos fieles a sus principios originales, que más tarde enriquecerían con las demandas de democracia.  Yucatán tierra tradicionalmente conservadora, que ya había vivido el gobierno de Alvarado, no vio con tanto recelo a Felipe Carrillo. A pesar de esto Carrillo Puerto entregó a los indios mayas más de 500 mil hectáreas y decretó la Ley de Tierras Ociosas. Muchos quieren ver en este hecho la causa de su asesinato, pero nada se ha probado. Cierto había que resolver el problema de las tierras de los indígenas, problema creado en mucho después de la Independencia, primero con los latifundios de la iglesia y después con los de los hacendados. No existían latifundios en Yucatán pero sí el grave problema de la tierra. Entregando tierra a los indígenas se daba un paso pero esto no mejoraba su condición como demostró la historia.

Felipe Carrillo Puerto era un hombre generoso con muy buenas dotes de liderazgo, a esto contribuía su apostura y sus discursos cálidos. El célebre uso de los diminutivos lo acercaban a la gente. Felipe, en los albores de su vida pública fue conservador o, al menos, morenista. Don Delio Moreno Cantón contendió contra don José María Pino Suárez y todo indica que le ganó. Se ha sostenido que Pino Suárez fue impuesto por don Pancho Madero antes de llevárselo como vicepresidente. Carrillo estuvo en prisión por un asesinato y no fue amigo de Salvador Alvarado. Tenía, qué duda cabe, una gran capacidad de seducción. Sus experimentos socialistas le consiguieron el reconocimiento de Obregón y de Calles. Lenin envió a un representante al Congreso Socialista del Sureste, David Dubrowsky. Sus empeños socialistas se dirigieron al reparto agrario, fundamentalmente. Tuvo propósitos modernizadores: el impulso al feminismo, con las Ligas Feministas que tanta presencia tuvieron en los “Lunes Rojos” y las tentativas de expandir un programa de control de la natalidad. Se editó el libro “La Brújula del Hogar” que enseñaba a evitar embarazos no deseados. En respuesta a este adelanto don José Vasconcelos propugnó por la creación del Día de las Madres.