El 29 de marzo de 1876 nació en Guanabacoa, Cuba, un niño que fue conocido para los siglos como Eduardo. El hecho no hubiera tenido mayor significancia si el niño no hubiese llegado a ser un genio. Profesor normalista, médico, psiquiatra, fue el director fundador del hospital psiquiátrico de Mérida tras estudiar en Nueva York; escribió el legendario ensayo El espíritu Varonil de Sor Juana que Octavio Paz citó varias veces en su libro Sor Juana Inés de la Cruz o las Trampas de la Fe; ginecólogo, historiador, traductor, tradujo a Longfellow; y novelista que produjo una sola obra notable: Eugenia.

A pesar de carecer de toda técnica narrativa y dejarse seducir por un lenguaje romántico y por momentos hasta barraco, muy propio de la época, la obra resulta un referente en más de un sentido.

 

LITERATURA FANTÀSTICA Y CIENCIA FICCIÓN.

Los subgéneros de la literatura fantástica (lo mágico, lo religioso, lo puramente fantástico y lo mítico-legendario) no incluyen a la ciencia ficción que se fundamenta en principios científicos, que son una serie de conjuros, para derivar de ellos hechos fantásticos o futuros. La ciencia-ficción procura con intensidad la lógica y la fantasía, la imaginación y la razón y a menudo rompe las amarras. Cualquiera se puede preguntar porque Eduardo Urzaiz, el legendario “Viejo”, no hizo un ensayo en vez de una novela, género al que era ajeno.  Quizás con la ficción asumió que la ciencia no tiene ética y podía lanzar algunos planteamientos que evitarían definir el trabajo no solo como la obra de un loco, como el mismo dijo, sino la de un pervertido.  La culpa es de la ciencia, no mía.  Apenas se dice esto hay que hacer una rectificación: Urzaiz deja sentir su opinión, a menudo en forma contradictoria.  La función del arte es la misma que la de la ciencia: revelarnos un misterio del universo.  Cuando el arte y la ciencia la pretensión tiene pretende la profecía y a menudo lo logra, esto esta ocurriendo con Eugenia: la liberación sexual de las mujeres, el control de la natalidad, la eugenesia de mediados del siglo XX que tanto hizo sufrir Europa, el inminente control de la natalidad, etc.  La realidad no existe, solo su interpretación y a esto contribuye esta novela luminosa como pocas se han escrito en la literatura mexicana.

LA LIBERACIÓN DE LAS MUJERES

Los mayas eran feministas según nos dice Fray Diego de Landa.  Los hombres iban a trabajar dos años a la milpa de su suegro por la flor que recibían.  Los mayas no les pegaban a sus mujeres y les permitían libertades que asombraron a los conquistadores. Los mayas sabían que el nivel de una sociedad estaba vinculado a las libertades de las mujeres. Un dato nos lo puede mostrar todo: Hilaria Uicab fue jefa de los rebeldes y sacerdotisa de la Cruz Parlante.  Urzaiz nació en Cuba pero, quizás por esto, honra esta visión con esta novela.  En la literatura del siglo XIX las mujeres transgresoras eran fuente de desgracia y morían: Ana Karenina, Madame Bouvary y , desde luego, Margarita Gutiérrez.  No es sino hasta los años veinte con F. Scot Fitzageral en el Gran Gastby que las cosas cambian.   La protagonista parece salir de Villautopía : escoge quedarse con el esposo después de haber disfrutado  de su amante.  Cierto, ya había un anticipo en Casa de Muñecas, la obra de Ibsen.  Pero en eso también se anticipa Urzaiz Rodríguez, el mítico “El Chivo”.   En 1919 casi fue un desafío a la civilización occidental plantear la liberación sexual de las mujeres y la posibilidad de que los hombres puedan llevar el embarazo y dar a luz.  Recordemos el mito mediterráneo de Lilit, la primera mujer de Adan.  Lilit quizás fue la primera feminista que le dijo a Adan que no le gustaba estar abajo a la hora del ayuntamiento sexual.   Lilit fue expulsada del paraíso y una abominable leyenda de degradación envuelve su nombre por haberse atrevido a lo que ninguna mujer tiene derecho: la libertad de su sexualidad.  Es fascinante la manera en que don Clauido Mex nos exhibe la superioridad en el amor de las mujeres, en esa mezcla fascinante de erotismo y fins amour.   Eugenia se publica un año antes de los años veinte, quizás la mejor década del siglo pasado.   En esta década las mujeres se subieron la falda, se soltaron la cintura y se cortaron el pelo, el símbolo sempiterno de la feminidad.   Sin embargo Eugenia llega mucho más lejos anticipando el control de la natalidad y los embarazos masculinos, algo más que insólito en su momento.   Llama la atención que el psiquiatra Urzaiz no haga ninguna alusión a Edipo, a Electra y al macho líder de la manda, temas que antes de estar en Freud están en la mitología grecolatina, en la literatura y en la naturaleza.   La visión de los roles del padre y de la madre como una manera de ver el universo están ausentes en Eugenia.  Sin embargo es cautivadora esa audacia intelectual en un maestro de maestros, en un ginecobstetra y siquiatra.  Urzaiz Rodríguez era un maestro que impulsaba a sus alumnas y tenía una visión muy adelantada del rol de las mujeres en la sociedad contemporánea.   Al decir rol hay que asumir un concepto más amplio, más completo.  A Villautopía se va llegando con el simple paso del tiempo.

ESTADO VS LIBERTAD INDIVIDUAL

El hombre ha vivido en medio de dicotomías: helenos vs bárbaros, cristianos vs paganos, liberales vs conservadores, siendo la gran lucha del siglo XX Estado Vs Libertad Individual.

Eduardo Urzaiz Rodríguez es un hijo del liberalismo que planteo las libertades individuales frente al Levietan, ese monstro que era el Estado.  Sin embargo fue un convertido, quizás algo prematuro, al socialismo y la fe en que el Estado era el gran ordenador de la vida comunitaria. Cabe decir que Urzaiz fue de los primeros que se vistió con sotana roja en Yucatán, de los que cruzaron la calle del cristianismo y caminaron por la del socialismo. Bien lo advirtió don Fernando Ruiz Solorzano cuando en una carta memorable le dijo al Dr. Urzaiz: “usted está muy cerca de Dios”. No es que fuera propiamente católico, sino que era un producto de la civilización cristiana.   Ciertamente el liberalismo se olvidó de nuestro pasado católico, hispano e indígena y pudo haber facilitado que los liberales se convirtieran en revolucionarios y algunos de éstos en socialistas.  Urzaiz colaboró con el gobierno de Alvarado que finalmente no fue socialista en los términos en que fue el gobierno de Carrillo Puerto. Así lo lee Ceilana : “en su tránsito por la tierra , la humanidad necesita llevar la vista fija en un punto que le marque el rumbo.   Necesita un ideal y, cuando lo pierde, marcha a tientas y tropezando a cada paso.  Y es tan grande la necesidad del ideal, que resulta menos malo tener uno falso que no tener ninguno: cuando Roma creía en los dioses de Numa Pompilio, fue señora del mundo.  Después, cuando las deidades mitológicas abandonaron el Olimpo, y el cristianismo no se apoderaba de las conciencias, el pueblo romano llegó a los mayores extremos de la corrupción y la más completa decadencia…     Nuestra época, la actual, es un resurgimiento:  “en las costumbres como en las artes, hemos renunciado a la complicación y a la mentira, a lo convencional y falso.  Abandonando todo ideal de ultratumba…”  En este campo nuevamente este hombre genial fue precoz.  Habían pasado apenas dos años de haberse consumado la Revolución Rusa cuando publicó Eugenia que constituye, por momentos, en una apología del Estado.   A pesar de haber muerto en 1957 el maestro Urzaiz no reparó ante la matanza de Konstand por Trosky, ni los horribles crímenes de Stalin y hecho que nadie puede ser solidario con otro sino es libre de serlo. Por el contrario, aventura de la teoría de el Estado totalitario que invade la vida privada al punto de crear un Bureau de Eugenética con pies de cría para mejorar y mantener la calidad de la genética.  Esta teoría, tan acariciada por los nazis, supone que los ejemplares defectuosos sean condenados a la muerte.   No menos asombrosa es su propuesta de que el Estado regule el consumo de la Canbis indica  -la marihuana-  que finalmente le hace tanto daño a la gente que la consume desordenadamente.   Esta sugerencia de Urzaiz Rodríguez hace pensar en un tema que tanto afecta al México contemporáneo.

Quizás lo importante en Urzaiz Rodríguez es esa concepción de la trascendencia del Estado como regulador absoluto de la vida la de la sociedad. Idea antidemocrática y causante de muchos sufrimientos a la humanidad.

Eugenia es una novela muy clara en sus planteamientos, aunque siga produciendo debates.  Algo ha de estar fuera de toda duda, su carácter emblemático y la genialidad de su autor.

 

Mtro. Gonzalo Navarrete Muñoz