En 1868 se creó un establecimiento de enseñanza normal para profesores. Los deseos de fundarlo venían de tiempo atrás, pero es posible que la Guerra de Castas y otros elementos del clima político hayan impedido su fundación. Finalmente con la Escuela Normal de Profesores ya era posible unificar la enseñanza y darle otra dimensión al trabajo de los maestros, que si bien en la mayoría de los casos era esforzado y apostólico requería de elementos más sólidos para que rindiera frutos. La Escuela Normal de Profesores quedó bajo la supervisión del Instituto Literario del Estado y el programa de estudios incluía las siguientes materias: Ortología, Caligrafía, Gramática, Aritmética, principios generales de Geografía, Catecismo Político Constitucional y principios de Moral y Urbanidad. Puede notarse la ausencia de la Didáctica y la Pedagogía que aparecerían después, sin embargo llaman la atención las materias que abordan el área de actitudes y que constituyen un acierto notable, que, lamentablemente, luego desaparecería dejando un vacío que deformaría la educación en nuestro país.

Se dice que la Reforma planteó un cambio en México con una solidez moral que no había tenido la Independencia y que no tendría, ni por asomo, la Revolución. Los hombres de la Reforma eran verdaderos líderes morales de la sociedad. Así es como podemos entender que, bajo el influjo de la Constitución del 57, existiera la preocupación por formar en una catecismo laico a los maestros para que estos a su vez hicieran lo propio con la niñez y la juventud.

Finalmente después de un período de inactividad la Escuela Normal quedó definitivamente establecida bajo la dirección del Instituto Literario del Estado.

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