En el número anterior hablamos del conservadurismo atávico de la sociedad yucateca y del éxito o fracasos de los políticos que no han reconocido esta realidad.

Los dos partidos principales ya tienen candidatos. Es obvio que Maurico Vila posee lo que aprueba la sociedad yucateca, con dos considerandos adicionales: su alta popularidad y la aceptación en principio de la Nomenclatura de Mérida. La Nomenclatura no ha aceptado a muchos políticos en el siglo XX, solo a algunos, entre ellos están: don Olegario Molina, Carlos Loret de Mola, Víctor Cervera Pacheco y Patricio Patrón Laviada. En apariencia Mauricio Vila Dosal cuenta con la aprobación de ese grupo de líderes tan relacionados entre si, a menudo como los cenotes: bajo la tierra,  que conforman un poder en Yucatán.

Mauricio Sahuí no posee un perfil que atraiga a los yucatecaos y tiene dos cosas en contra: su cercanía en el pasado a Ivonne Ortega Pacheco a quien se le atribuye haber encabezado uno de los peores gobiernos en la historia de Yucatán; y un  enfrentamiento frontal a los empresarios en los tiempos del “ivonnismo” al que sirvió . Apenas si se necesita decir que si no remonta estas adversidades es difícil que gane las elecciones  y más difícil le va fresultar  gobernar. Quizás exista un espejismo : Ivonne Ortega Pacheco se enfrentó a más de cien empresarios yucatecos de primer nivel y se mantuvo en pie. A la larga su gobierno naufragó , entre otros muchos, por este motivo. Es imposible gobernar contra los empresarios. Como imposible resulta ganar una elección y gobernar ignorando el perfil histórico del pueblo de Yucatán, esto se hacía en el pasado porque no habían elecciones sino dedazos. Mauricio Sahui Rivero tendrá que restaurar  relaciones y crear un clima de confianza, impedir la polarización a la que conduciría persistir en posturas del pasado. A su favor tiene que es de origen libanes y está casado con una joven que también pertenece a la colonia sirio-libanesa. Los yucatecos confían en los libaneses por sobradas razones. Al mismo tiempo es un joven muy preparado , lo que también le sienta a nuestra sociedad.

Ciertamente don Mauricio Sahuí Rivero cuenta con  un equipo  muy bien articulado que lo puede vincular a amplios sectores y así lograr el perfil clásico de aceptación de los yucatecos. Quizás convenga entender el caso Zapata Bello: don Rolando no tiene popularidad, ni aceptación, tiene respeto. Si el gobernante no tiene tatuada las tablas de la Ley como Pericles o Moisés será mejor que no se le sienta. Ese ha sido el gran talento de don Rolando: pasar inadvertido. No es fácil pero lo ha logrado. Por eso el pueblo lo respeta y no puede abjurar de él como haría con cualquier líder exhibicionista. Su fama a nivel nacional proviene de la paz que goza Yucatán y de que no da un solo problema, algo por demás muy apreciable. La reducción de los pobres puede deberse, dicen los expertos y algunos políticos, más a un cambio en la metodología de medición que a una realidad.

Mauricio Sahuí Rivero es un candidato retador que tiene que posicionarse, esto tiene una ventaja: su estrategia es clara , solo tiene que seguirla. Maurico Vial Dosal es un candidato retador que tiene que ganar las elecciones para entrar con su partido al Palacio de la 61, quizás solo necesite seguir siendo quien es, lo cual no será fácil ante las provocaciones de una elección. La justa se intuye muy  interesante y como todas las de su estilo: histórica.