El PIB mide el precio de los bienes y servicios que se producen en una sociedad. Es la forma clásica de medir el crecimiento  económico de un país. Sin embargo hay factores que este indicador no mide: la producción en el hogar, la economía informal, la salud y esperanza de vida , el descanso, la calidad del medio ambiente , la seguridad en los hogares y en las calles y la libertad y la justicia social. De ahí que la ONU haya establecido otro índice: el de Desarrollo Humano. Se trata de combinar el PIB con la esperanza de vida, la salud y la educación. Los países que tienen el IDH más alto son : Islandia, Noruega, Australia, Canadá, Irlanda, Suecia, Suiza, Japón , Holanda, Francia y Finlandia. Es de llamar la atención que entre estos países se encuentren algunas monarquías constitucionales de Europa. Las monarquías constitucionales propician el desarrollo humano de sus pueblos porque a menudo lo representan ante los gobiernos.  Estados Unidos tiene el PIB por persona más alto del mundo, a su nivel solo están Noruega y Luxemburgo, sin embargo está en el décimo segundo lugar en cuánto a Desarrollo Humano. México aparece en el lugar número 76. Tristemente  carecemos de Desarrollo Humano. Los países con menor Índice de Desarrollo en el mundo son : Nigeria, Tanzania, Congo y Burundi, siendo el de nivel más bajo Sierra Leona. En México se creó desde hace décadas una estructura macroeconómica muy bien articulada; sin embargo el resultado del crecimiento económico   es modesto pero esto no es lo más grave, nuestro problema mayor es que no hemos podido dar una solución al problema de la salud, la educación y la seguridad. Esto no lo contemplaron los economistas que diseñaron el sistema que prevalece hasta nuestros días. Ha habido algunas tentativas pero todas, por un motivo o por otro, han fracasado. No creo que la mayoría de los  que mexicanos sea feliz. Unos porque están sumidos en la pobreza, y ahí donde domina la pobreza no hay espacio para la felicidad; otros porque son perseguidos por ella. Otros mexicanos viven amenazados por ese Leviatán que es la inseguridad. Parafraseando al poeta español Gil de Biedma algunos podrán decir:

De todas las historias de la Historia

Sin duda la más triste es  la de  México

Porque siempre termina mal.

Nuestra inmemorial pobreza,

Cuyo origen se pierde en las historias

Que dicen  que no  es culpa del gobierno

Sino una terrible maldición.

 

Sin embargo creo  que México puede y debe salir de todas sus pobrezas porque no hay nada que sea más fuerte que nosotros.