Dos veces en la historia de la ciudad ha puesto énfasis en el paisaje urbano. La primera fue en el siglo XVIII, en la época Borbónica, cuando se hicieron los arcos-los de Santa Lucía fueron del XVII- y los paseos; La segunda fue durante el auge del Funcionalismo, en los años cincuenta y se hicieron las colonias México y Alemán.
El primer Paseo de la Ciudad fue el de Santa Anna que iba de El Obispado-hoy Ateneo- a la iglesia en lo que hoy es al calle 60. Este paseo lo hizo don Antonio de Figueroa y Silva. El Paseo de Santa Anna tenía sus arcos y sus árboles a los costados. También los portales son de esta época en que el espacio público cobró una gran importancia. De estos días son los arcos de Las Casas Reales, hoy Palacio de Gobierno, y los de Las Ventas-hoy Portal de Granos-y la Pescadería. Al Paseo de Santa Anna le siguió el de Las Bonitas. Los actuales Portales de las Bonitas y Pescadería formaba parte de un proyecto más ambicioso que iba a rodear toda la muralla de la Ciudadela de San Benito y ser un gran paseo. Tras el Paseo de las Bonitas la calle 59 se volvió la propicia para que las familias dieran sus rondas dominicales. Finalmente el gran paseo de la ciudad se construye en el porfiriato: El Paseo de Montejo. Con el advenimiento del Funcionalismo que se puede apreciar, o lo que queda de él, en las colonias México y Alemán, también hubo una tentativa importante por vincular las construcciones con el paisaje urbano. Es así como las dos esquinas más hermosas de Mérida eran el cruce de la calle 60 con la 57 y la de la fuente de la Colonia México, justo donde se hizo el llamado “paso deprimido” que lastimó toda el área.
LAS DOS MÉRIDAS
Durante La Colonia, y hasta los albores del siglo XX, los límites de la ciudad quedaban comprendidos: al sur, el Arco de San Juan en la calle 69-A; al oriente en la calle 50; al poniente la calle 74 y al norte en Santa Anna. La ciudad actual se perfiló en tiempos de don Olegario Molina. Dos avenidas mantuvieron “la marcha al norte”: El Paseo de Montejo y la Avenida Reforma, el primero para conservadores y la segunda para liberales. Desde 1906 en que se inauguró El Paseo de Montejo hasta la fecha ninguna otra calle le ha disputado su potestad. Esta visión puesta al norte ha creado dos ciudades en una sola: la del norte y la del sur. Hasta principios de los años setenta la calle sesenta , desde San Francisco hasta los confines del sur, no estaba pavimentada. La gran obra del alcalde Cervera Pacheco fue la pavimentación del sur de Mérida, lo que le cambió la faz a la ciudad. El sur no tiene un cine, apenas ahora empiezan a asomar los supermercados y alguna que otra sucursal bancaria. No existe un equipamiento urbano digno en todas las colonias del sur que puede arrancar en la calle 63.
EL PASEO VERDE
Este nuevo paseo revierte todo lo anterior, de ahí la naturaleza histórica de su construcción. Se trata de un gran paseo lineal de varios kilómetros en pleno sur. Es un espacio público de excelente diseño que deja áreas para eventos , para caminatas y para paseos en bicicleta . Es un paseo para los seres humanos, no para los vehículos, esto ya instalados en el siglo XXI. Se trata de una concepción única en la ciudad. Así pues estamos ante un esfuerzo del nivel de los grandes capitanes generales del siglo XVIII y del mismo Cervera Pacheco, todo en una gran obra urbana. El Paseo Verde en el sur-poniente de la ciudad es, sin duda , una de las grandes obras emprendidas en los más de quinientos años de esta ciudad.