En un magnífico artículo escrito por John Keane, La Muerte de las Democracias, en la revista Letras Libres de mayo, se abordó el tema de la desaparición de las democracias en algunos países del mundo. El autor hace un obligado análisis de lo ocurrido en las décadas de los veintes y treintas en Europa. Su postura es clara : la democracia solo puede funcionar cuando la gente de “ abajo“ vive plenamente sus normas de igualdad, libertad, solidaridad y respeto por las diferencias sociales. Carlayle no creyó en la democracia y la asumía como: “ la desesperación del pueblo  por encontrar un hombre fuerte “, más aún la veía como un caos. Pero en el rico texto de Keane extrañé una necesaria alusión a Platón en su República. Dice el filósofo: en la democracia existen hombres entendidos, hombres ricos y el pueblo que vive de su trabajo y en las democracias es el verdadero soberano. Pero existen también los demagogos, los aduladores del pueblo, zánganos, desocupados , ambiciosos y prestos a adueñarse de la cosa pública. Ese azote de la democracia excita al pueblo contra los ricos , los identifica como los causantes de sus desgracias. Las clases medias con acechanzas de pobreza y desencantada o toma parte del lado de las legiones de desposeídos o permanece al margen del presunto enfrentamiento. Para Platón el hombre Justo y el tirano son los dos extremos. Visto así, la democracia tiene la hipoteca de la tiranía . Un demagogo se va convertir en un parricida que destruye el sistema por el que llegó al poder hablando en nombre del pueblo. Bien dijo Octavio Paz: el que habla en nombre del pueblo termina sustituyéndolo. Lo sorprendente es que esto pueda suceder en los Estados Unidos en donde la democracia tiene un fundamento de fe: la voluntad de la mayoría es la voluntad de Dios. Platón fue el primer teórico de las dictaduras , de ahí que sostuviera que él jefe puede mentir a su pueblo buscando lo que crea conveniente. No es justo decir que Platón está totalmente ausente en este texto: el autor coincide en que las abruptas diferencias en la sociedad impiden una vida democrática. Ni todo el complejo andamiaje creado para vigilar a la democracia podrá ante las abismales diferencias. Plantón no creía que la democracia fuera la mejor forma de gobierno. Sin embargo La República está inspirada en tres formas : la monarquía, la representa el ejecutivo; la democracia, la representan las cámaras y la aristocracia- que tanto le gustaba al hombre que vino frustrado de Siracusa- representada por los jueces como príncipes de las leyes y que solo pueden ser elegidos por sus pares y aprobados por las camaras . Esta división constituye la gran aspiración, la más eficiente. Trabajar contra las diferencias sociales es trabajar a favor de la democracia , trabajar por la salud y la educación es trabajar por la democracia . Y cuando decimos democracia hablamos de democracia electoral. Karl Popper observó que en Atenas inició una revolución que no ha concluido todavia.