En la década de los treinta, el entonces presidente de la república, Don Abelardo I. Rodríguez visitó Yucatán . En esa época era un acto obligado visitar la famosa cordelería San Juan, propiedad del fundador de la industria cordelera en el estado, Don Cabalán Macari Tayún. Don Cabalán fue un hombre verdaderamente notable, excepcional podrá decirse sin temor a una vulgar exageración. Fundó la industria cordelera, la ganadería en el oriente del estado y el ingenio La Joya, hoy en estado indefinido por la crisis azucarera. Don Cabalán fue un caballero Sirio-Libanés que inmigró a Yucatán para fortuna nuestra. Pero a pesar de su condición fue un creador genial cuya personalidad sigue asombrando.
Son Muchas las historias, y consejas, que existen sobre él, hoy narraremos una poco conocida: Don Cabalán trabó cercana amistad con Don Carlos R. Menéndez González, fundador del Diario de Yucatán. La amistad se originó, al parecer, por la existencia de una vecindad en cierta época. Don Cabalán visitaba a Don Carlos, en la oficinas del Diario, todos los días 31 de Diciembre para darle un saludo de año nuevo; Don Carlos en son de broma solía decirle a Don Cabalán: «A ver si este año se decide y me compra el Diario «; un año, sorprendentemente Don Cabalan respondió: «Bien, Don Carlos, si le compró el Diario pero con todos los Menéndez adentro, sino no es nagocio, sanior». Tiempo después, las familias de estos dos personajes se unirían: una nieta de Don Cabalán, Maria Eugenia Macari, contrairía matrimonio con Javier Acevedo Menéndez, nieto de Don Carlos.