CEIBA DE LA ESPERANZA MANTENTE FIRME

 

He aquí que el Mayab ya existía, pero el Mayab era bueno y fue perdonado. Allí vivían los hombres justos, que eran pocos.

 

Por eso decían a la tierra alta en que nacieron nuestros padres su nombre de Mayab, que quiere decir: no eran muchos…todo se hundió bajo el castigo, menos el Mayab.

 

Esto en el lenguaje de Zuhuyua escrito ha sido. Es el tiempo cuarto que se cuenta, ruda será su mirada, rudo será su signo sobre la tierra. Será mucho el dolor…Habrá cargas de miseria. Habrá llanto de los pobladores y llanto de los pájaros en los cuatro caminos que se cruzan. Soplara este tiempo con vientos de enfermedad. Entonces se despoblará el mundo, encogiéndose, haciéndose escaso y pobre, empequeñecido y humillado a causa del rigor del tiempo que se asienta.

 

Pero ya fue dictada la palabra del Kin. Esta provincia que tiene su nombre de Yucatán lo sabrá todo cuando venga de regreso la distinta enseñanza.

 

(Habrá que limpiar esta casa. Limpiarla de la puerta hasta el final del patio.

Habra que limpiar esta casa que fue nuestra herencia y nuestro sueño.

Limpiarla de piedras y cenizas, de árboles que niegan sus semillas.

Habrá que limpiar nuestras conciencias. Derribar los muros que toscamente nos separan.

Echar lejos los gusanos, la indignidad del odio, el miedo taciturno.

Habrá que rescatar el olor de la resina, la afanosa laboriosidad de las hormigas que vivían antes en las almas nobles.

Dejar la casa habitable y pudorosa. Sin cárceles de envidia ni laberintos de intención inútil. Recuperar las huellas e inventar un futuro no predicho en las estelas.

Un futuro a nuestra medida exacta, con vetas de confianza y alas de pájaro sereno.

Reprimamos el miedo y los augurios malsanos. Habrá que limpiar esta casa que es de todos.

De septiembre a mayo, desde junio a agosto.

Limpiar la casa y arrojar la llave, porque en ella estaremos para siempre).

 

Cuando el Mayab saque el sol, lo haga atravesar el cielo y lo oculte, todo habrá pasado. El corazón del cielo será siempre nuestro techo. Del fondo de los cenotes brotará la vida de nuestras almas. La enfermedad será inclinada sobre la tierra. El mal no es dios, no todo lo puede. Bueno es el poder que viene hacia nosotros para alzarnos sobre el monte.

Yukalpetén, Yukalpetén, la perla en la garganta del mundo es el conjuro contra el mal viento y la enfermedad.

 

¿Qué tierra es esta?

¿Qué violencias germinan

Bajo su pétrea cáscara,

Qué obstinación de fuego ya frío,

Años y años como saliva que se acumula

Y se endurece y se aguza en púas?

Una región que existe

Antes que el sol y el agua

Alzaran sus banderas enemigas,

Una región de piedra

Crecida antes del doble nacimiento

De la vida y la muerte.

 

Así ha sido dicho: el Mayab viene antes del sol y le sobrevivirá. En esta tierra esta la flor que trae la luz a la noche. Nosotros, mientras más sabemos, más callamos. Como que sabemos que todo está escrito en el Libro de la Eternidad.

 

Somos el adelantado Francisco de  Montejo y el cacique Nachi Cocom

Somos Tutul Xiu y el obispo Diego de Landa

Somos Lucas de Galvez y Jacinto Kan Ek

Somos Benito Pérez de Valdelomar y el padre Vicente Maria Velásquez

Somos Manuel Cepeda Peraza y Justo Sierra

Somos José Peón Contreras y Chancil

Somos Andrés Quintana Roo y  Felipe Carrillo Puerto. Somos Antonio Mediz Bolio y Guty Cárdenas

Somos la Catedral que se alza majestuosa y la Casa de Montejo el mozo

Somos el viejo convento de la Mejorada y los dos arcos que límites marcaban

Somos el barrio de Santiago, famoso por sus fiestas y sus teatros

Somos La Ermita de Santa Isabel rodeada de caminos y jardines

Somos el sur profundo con sus colonias, avenidas y senderos

Somos el mercado popular de san Benito que se levanta donde antaño hubo fortines y pirámides

Somos la Plaza Grande, corazón de la ciudad y punto de partida en cuatro direcciones

Somos la Calle Ancha del Bazar, repleta de dulces y piñatas

 

(Seremos el tigrillo puesto en libertad con las primeras luces.

Seremos la gloria de la serpiente atenta a la seducción del equinoccio.

Seremos la pirámide acostada en el muslo de los siglos.

Seremos la escritura sagrada ya libre de presagios.

Seremos uno solo en la comunión del pedernal y de la espina.

Seremos arcilla fresca entregada a las manos del artífice.

Seremos libres de pecado, sin otra piel, sin mas pellejo que aquella bañada de esperanza ).

 

Todo el que es del Mayab tiene una ceiba en el alma. Ese es el árbol de esperanza que debe mantenerse firme  y con los ojos en la rueda de los Katunes.

 

¿Quién me quito mi tierra? Nadie. ¡Es mía¡

 

Mía, con su quemado suelo de piedra

Que se deshace poco a poco en polvo húmedo

En el que pueda germinar la milpa

 

Se levanten los árboles y crezcan

Entre una laja y otra los henequenales,

 

Hambre y sudor del indio y pan de todos

Poco y amargo a veces, pero nuestro cada día.

 

Mía es el agua fresca  de los pozos tranquilos

Y el agua honda de los cenotes encantados.

 

Mío es el cielo en el que sol de mi linaje

Resbala calentando el dia,

Y en que la noche enciende sus luceros

Desde donde me ven los ojos de mis dioses antiguos.

 

Mi tierra es mía y de mis hermanos,

Los que nacieron de nuestra misma madre

Y vieron crecer en sus caminos la marca de sus pies

 

Y hablaron en la boca y en el corazón

De su propia lengua y supieron

Sin aprenderlo, el secreto de su espíritu.

 

¿Quién me puede quitar la sombra de mi Ceiba

Y quien puede quitarme el viento mío,

Ni el olor de mi monte ni el canto de mis pájaros,

Ni  el venado tembloroso que se esconde contra mi pecho

Si oye las pisadas de gente mala en la vereda virgen.

Esta tierra es mía. Es mía. Sólo mía.

 

 

Autores: Jorge Álvarez Rendón y Gonzalo Navarrete.