Debemos a Guillermo Sheridan espléndidos estudios sobre los Contemporáneos, Ramón López Velarde y la extraordinaria plataforma ZonaPaz, que es una forma de mantener con vida entre nosotros a Octavio Paz. Esto en adición a miles de textos que incitan a la gratitud. Pero esta intensa vida literaria se hace más aguda con el descubrimiento de plagios, entre los más famosos: los de José Maria Pérez Gay, Guadalupe Loaeza y Fabrizo Mejía Madrid. Cierto, ninguno tuvo el castigo que debió tener. Pero deben salir a la calle con cierto rubor. Supongo que muchos de esos hallazgos son serendipitys: no habrá de ser una suerte de Sherlock Holmes de las letras. Pero buscando aquí y allá se descubren esos robos. El último, y con mayor impacto, es el de la tesis de la hoy magistrada Yasmín Esquivel. Es cautivadora la imagen que usa Fernando García Ramirez: la del solitario hombre en la plaza Tiananmen que con dos bolsas se para frente a un tanque y lo hace dar un rodeo. No evitó la matanza pero dejó un signo. Y es que Guillermo, Billy, no solo es un académico, un escritor, un crítico literario, un periodista, es un intelectual total. La condición de un intelectual es la de ejercer la crítica. Hay hombres sabios y grandes escritores que no ejercen la crítica , esto es : no son intelectuales. Un ejemplo: don Ernesto de la Peña , hombre erudito donde los hay pero poco afecto a la crítica. En una mesa redonda Jorge Semprún dijo: hay que reinventar la democracia. Octavio Paz abundó: Rimbaud dijo que había que reinventar el amor, es casi lo mismo, la crítica política es una crítica moral. Esta afirmación no deja afuera a la crítica que merezca algún hombre de poder. Conozco el despido y la persecución de un gobierno tiránico de provincia, de ahí que me atreva a valorar el trabajo de un conjunto de periodistas, magistrados del TSJ e intelectuales con que con simples bolsas se paran frente a furiosos tanques.