Esta imagen constituye un cuestionamiento para todos. Hermoso edificio siglo XIX, que albergó al Banco Nacional de México, fue demolido. Con él desapareció algo del patrimonio de la Ciudad. La postura puede seguir siendo la misma: no solo hay que ignorar la necesidad de conciliar el pasado con el presente sino hay que temerle al pasado: trae demasiada carga burocrática y legal que demerita el valor.

Con este edificio se sustituyo el anterior. La situación es de llamar la atención: Banamex se ha ocupado de adquirir casas señoriales en distintas ciudades de México, reconstruirlas y mantenerlas.