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Hijo de inmigrantes sirio libaneses don Antonio fue especial: no se ajustó a la tradición comercial de la familia sino que estudio medicina. Esto bastaría para definir su vida. Pero es necesario decir más: sus maneras reposadas y su lucidez le procuraron un lugar especial. Ejerció la medicina y también su oficio de amigo y patriarca de su familia. Pasados los noventa años de vida fructífera descansa en paz un hombre que en mucho contribuyó a hacer este mundo mejor.