Los homenajes cumplen con una función: muestran a la sociedad, y en particular a los jóvenes, cuáles son los valores que se desea cultivar.

Vivimos confundidos venerando la riqueza, admirando al que aplasta, al que empuja, al que domina. Bandidos, ladrones, criminales, personas infectadas con el virus de la mediocridad y su consecuencia: la soberbia, reciben el aplauso extraviado de una sociedad que no acaba de encontrarse. De ahí que nos resulte urgente, a nosotros no a ellos, destacar las trayectorias de algunas personas. Presentamos a tres personajes que no pueden llamar a controversia por el tamaño de sus obras.

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Dr. Antonio Laviada Arrigunaga. Ciertamente afectado por la enfermedad pasa los últimos días de su vida este hombre extraordinario. Dedicado a la medicina con un sentido de solidaridad para el que sufre, siempre estuvo atento al que se le acercaba. Junto a su hermano Eduardo concibió la medicina como un sacerdocio de la vida. Ajustado a la mas cristalina de las éticas es un referente para cualquier profesionista pero en especial para los de las ciencias de la salud.

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Raúl Ignacio Kemp Lozano. Sacerdote católico que ha realizado un ejemplar trabajo con los adictos que se internan en Cottolengo. La labor del padre Kemp es motivo de admiración, como lo son su entrega y su caridad ante el drama de hombres y familias castigadas por el doloroso flagelo de las adicciones. Ignacio Kemp es un hombre que se ha entregado por los demás con un gran compromiso. Es un ejemplo para una sociedad que castiga a los mas débiles.

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Adolfo Patrón Luján. Empresario retirado que ha puesto su talento y sus recursos al servicio de una causa: la creación y mantenimiento de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. El trabajo de Adolfo Patrón es de una gran trascendencia social. En un México consumido por la violencia la música es un antídoto preventivo. En el mismo sentido la música combate el consumo de las drogas. Por eso la labor de Patrón es tan significativa. La sociedad necesita mujeres y hombres como él que pongan al servicio de causas nobles todas sus capacidades, sin reparos y sin soberbias. Ayuno de todo afán protagónico, Patrón Luján hace antesalas, regresa, pide donativos y demuestra gran talento para tratar a la burocracia.

Por el bien de las generaciones venideras es urgente que personas como las mencionadas sean homenajeadas para estimularlas como ejemplos.