Hace algún tiempo la secretaría de un organismo empresarial me pidió un texto para la revista de la organización. Me dio las especificaciones y me dijo: » su artículo irá detrás del escrito del presidente «. La pregunta era imprescindible : ¿ De que presupuesto disponen ? La respuesta no por esperada dejo de ser turbadora: es por colaboración. Pregunté : » ¿ a usted no le pagan y al dueño de   de la imprenta le piden colaboración ? » . » No » , fue la airada respuesta. » Entonces porque piensan que lo que hago no tiene valor ? » . Así es, se piensa que la legítima cultura tiene que  gratuita . Pero he aquí recientemente una publicación mundial colocó a Mérida como el cuarto mejor destino del mundo . Está distinción fue por la actividad cultural y la cocina yucateca. Cuando se dice actividad cultural de doce mucho más que espectáculo, se dice Sinfónica y otras orquestas de cámara; se dice conferencias, mesas redondas y coloquios , estas actividades que sorprenden a los extranjeros nacional a internacionales.  Quizás este nombramiento pueda incentivar a las autoridades a invertir mucho más en cultura , esa que nos revela al mundo entero. No nuestros científicos, no nuestros empresarios y mucho menos nuestros políticos nos pueden posicionar. Es la cultura la que habla por nosotros y puede ser el motor de nuestro desarrollo. Quizás está distinción despierte para siempre el menos precio que sentimos por las actividades culturales que en mucho de logran gracias al espíritu de un grupo de insomnes que sueñan en el poder transformador del arte . Los miembros de la cámara que creyeron que la cultura era gratuita ganan fortunas con su trabajo, lo que es loable, pero no posicionan al Estado en ninguna parte. Los que trabajan por la cultura deberían estar en la posición que merecen .