Restaurante_Piccoli_Osteria

Fachada del Restaurante-Osteria Piccoli, Cucina Italiana

La cocina italiana ha conquistado al mundo entero. Roma fue la capital del mundo. Todo ese vasto dominio es conocido como La Romania y las lenguas influidas por el latín son las Lenguas Romances, a las que pertenecen el francés y el español. De suyo Hispania es una voz latina. Nuestra ciudad se llama Mérida evocando a la Emérita Augusta, la ciudad española levantada en honor del César romano Augusto, uno de los tres grandes césares, siendo los otros: Julio César, el “conquistador de las galias, hijo de Venus y cónsul de Roma” y Tiberio. Cierto es que ante las conquistas que Italia sigue haciendo con su cocina ha habido muchas observaciones. Se dice que los mongoles son los creadores de la pasta y que Marco Polo la llevó a Roma; otros aseguran que la pasta entró a Palermo por los árabes. Algunos reparan en que la pizza está basada en el pan pita griego y que los helenos lo comían aderezado de queso y uvas. Hay  más de veinte regiones  de cocina italiana. Pero entre ellas se destaca la de la  de Véneto, con toda la magia que conlleva. Esa es una de las razones por las cuales hay que visitar Piccoli , un restaurante italiano con un chef, Lucca, de la región de Véneto. La otra razón apremiante para visitar Piccoli es que su menú es exquisito y con un fascinante toque casero. La última vez que comí en Piccoli abrí  la tarde con un Bruschetta di Portobello alla Toscana, que es un hongo de Portobello aderezado con ajo y tomillo, espléndido como entrada; también probé el Mousse di Baccala all Olio di Oliva con Polenta alle Olive Nere, que es un mousse de bacalao con sabor a ajo- un “ajoarriero” de los tiempos de Cervantes- aderezado del imprescindible aceite de oliva, con polenta de maíz y aceitunas negras. Algunos europeos han sostenido que no comen maíz por la imposibilidad de digerirlo, pero los italianos no piensan así. Los italianos dicen que las salsas son un invento de los franceses para cubrir sus errores en la cocina, pero aquí reconocen al francés como la lengua culinaria al usar la voz “mousse”. De las ensaldas hay que probar la Caprese, de la hechicera isla de Capri; el Cestino di Parmigiano que es una cesta de crujiente y delicioso queso parmesano relleno de arúngula con champiñones en aceite de oliva, tomates secos y espárragos;  las pastas son extraordinarias: Lasagna Aperta al Ragú DÁngello e Carciofi, láminas de pasta bañadas en ragú de cordero y alcachofas gratinadas con queso parmesano; todos los días hay gnocchis en Piccoli, que son cuadritos de papa rellenos de pesto de albahaca y bañados en salsa de espárragos; se puede degustar un  plato seductor: Tortelloni ai Formagio Caprino Passata di Peperone e Olio Basilico, que son los memorables raviolis recién hechos rellenos de queso de cabra y una crema de pimientos dulces aderezados con aceite de albahaca. Una de las especialidades de la casa es el Risotto al Prosecco al Gambero Nascosto, que es un risotto italiano con un toque de prosecco y un carpaccio de camarón. Si se decide el Spiedino di Gamberi e Pancetta alla Griglia, Spinaci e Capesante no le va a defraudar, no hay donde: se trata de una brocheta de camarón y tocino a la parrilla con espinaca y callo de hacha al perfume de ajo ¡Hágame usted el favor! Tres cuartos de lo mismo se puede decir del Filetto di Manzo al Pepe Verde con Testa di Portobello alla Maggiorana, que es un suculento filete de res sazonado en pimienta verde , portobello y mejorana, que resulta muy cariñoso al paladar. En los tiempos de los postre le recomiendo La Tarta de la Nona, es la manera exquisita de cerrar la tarde , quizás en la compañía  de un amareto.

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