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Martín Lutero y Erasmo de Rotterdam

 

Maquiavelo planteó que la política debería desvincularse de toda moral. Sus ideas siguen siendo polémicas pero con frecuencia acertadas. Pero Erasmo de Rotterdam pensó lo contrario: a la política había que revestirla de los valores del humanismo cristiano. Para algunos esas ideas conducen irremediablemente a la doble moral: una es la del discurso y otra la de la vida cotidiana. No peca solo aquel que no tiene dignidad humana, sostienen algunos. Lo cierto es que apareció otro personaje: Lutero. La crítica de Lutero, ex monje católico, era a los excesos del papado y su vida inmoral. Tanto Lutero como el papado trataron de que Erasmo de Rotterdam se les uniera. Pero algunos le reprochaban a Erasmo que no fuera más crítico con la Iglesia Católica y sus excesos de aquellos años. Lutero mismo lo criticaba. Se solía decir que Erasmo puso el huevo que empolló Lutero. Ante estos reclamos y acusaciones Erasmo solía responder: “Pero mi huevo era de gallina y el de Lutero resultó ser de gallo de pelea”.