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Por Michel Antochiw

Entre los empresarios que alguna vez fueron favorecidos por la familia Ponce, o recibieron de ella el impulso necesario para consolidar sus empresas, destaca Salim Abraham.

De Obba, Líbano, llegó Sahía (María) José Antonio, quien dejaba en su pueblo natal, al pie de las cordilleras del Monte Líbano, a su marido y sus cuatro hijas casaderas. Sahía, decidida y valiente, llegaba a Yucatán acompañada de uno de sus cuñados y de su hijo pequeño que moriría años después de una pulmonía fulminante. Venía en busca de fortuna para ayudar a los suyos en su patria, contaba con el apoyo de sus cuñados radicados en Mérida, los Dáguer. En el año de 1922 murió su hijo en Yucatán y su marido en Líbano. Sin embargo un año después pudo traer a su hija mayor y en 1924 se reunió toda la familia. Así llegaron a reunirse con su madre las hermanas Dáguer: Amine, Tamine, Salime y Julia.

Tamine estaba casada con Juan Felipe, libanés también, cuyo hermano Levy llegó a ser concesionario del restaurante del Gran Hotel, por aquellos años uno de los más exclusivos de la ciudad. Anexo al restaurante funcionaba un salón o bar donde se reunía en alegres tertulias muchas de las personas prominentes de la sociedad meridana.

Otra de las hijas de Sahía, Salime, estaba casada con Masat Abraham; Abraham Dáguer se estableció en Halachó y ahí crecieron sus seis hijos: Assiz, Salim, Abraham, Jorge, William y niña, la más joven de la familia. Salim casó con Melba Rosa Achach Mena , con quien tuvo ocho hijos: Juan José-quien desarrolló las tiendas Súper Maz-, Levy, Salim, David, Fernando, Alejandro, María Luisa y Melba. Assiz, el mayor de los hermanos, fue el fundador de las tiendas San Francisco de Asís.

Una de las distracciones predilectas existentes en Yucatán desde tiempos remotos eran los juegos de azar, que a veces dejaban huellas sensibles en la economía de algunas familias. Fue durante una apasionada partida de poker en el Cinegético que, según algunos, Arturo, y según otros, Fernando Ponce Cámara, apostó la distribución de la cerveza. El ganador fue Levy Felipe. Para entonces uno de los muchachos Abraham Dáguer vivía con la familia Felipe Dáguer, que no había tenido descendencia. Salim Abraham había venido de Halachó por asuntos de salud. Se adaptó al hogar de sus tíos en el que también vivía Levy, el flamante distribuidor de la cervecería. Así es como Salim se incorpora al negocio. Dedicado y metódico, el entonces joven Abraham emprendió la ardua tarea, asegurando la entrega regular de cerveza no solo en Yucatán, sino también en Campeche, Quinta Roo y oros lugares, incidiendo con esto en el éxito de la Cervecería Yucateca. Salim se encargó de esta función a lo largo de tres décadas y con los considerables beneficios obtenidos pudo ayudar a su hermano Assiz a establecer y consolidar la gran tienda San Francisco de Asís de la 65 y la distribuidora de telas. William, el menor de los hermanos-los otros dos, Abraham y Jorge, murieron jóvenes-se sumó a los esfuerzos de sus hermanos logrando, con gran talento, expansiones y diversificaciones asombrosas. Quizás el origen del Grupo Abraham no se encuentre en la afortunada partida de cartas, posiblemente provenga de más atrás: de los días en que Sahía José Antonio recorría las poblaciones alrededor de Mérida con su carreta vendiendo géneros de mercería.