Fuimos a comer a Piccoli, un restaurante del que guardaba buena memoria y que con justicia está catalogado como uno de los mejores de Merida. La tarde abrió con cervezas y refrescos. Nos ocupamos de los feminicidios y de ahí pasamos al tema de las mujeres. Mi postura fue la misma: fue el fundador de nuestra civilización, Pablo de Tarso,  quien sentencio: como la mano obedece al cerebro la mujer debe obedecer al marido; como el hombre obedece a Dios la mujer debe obedecer a su marido. Siguiendo esta lógica la que no obedece debe ser castigada. Esto es tremendo y por eso la lucha no debe detenerse. Sólo con mujeres libres y fuertes tendremos una sociedad sana. Para entonces ya estábamos dando cuenta de un tabla de quesos y embutidos que apenas calificaría como mediocre a pesar de costar varios cientos . Los embutidos italianos son los mejores del mundo, es una lástima que no se puedan degustar en Mérida. Expuse mi punto de vista: esta civilización terminará. Quizás estamos en los albores de su final.La posibilidad que la muerte sea opcional puede ser un golpe fatal. Di cuenta de una sopa de lentejas que en otro  día me había cautivado pero que ese tarde era de una debilidad que le restaba su recordado esplendor. No así mis berenjenas rellenas  que estaban sublimes y supe que cierra carne también deliciosa. La anfitriona se detuvo a hablar con nosotros y nos sorprendido. Al  hablar de las pastas  dijo: » no me interesan clientes que quieran pastas baratas. Es más no me interesan clientes que se estén fijando en La cuenta «‘ . El desconcierto fue tremendo a pesar de que la anfitriona es encantadora .. Es poco controvertido que una postura así revela un desprecio por los clientes . HA de haber muchos clientes en Mérida que no se preocupen por la cuenta y ese podría ser el lema del establecimiento. Pero seguro que la cocina va reflejar ese criterio, o , al menos , para los que no tienen abultadas cuentas de bancos, que somos la mayoría. Todo esto se puede transmitir   a los meseros, garroteros, gente del bar y cocineros. Y lo peor : se trasmite a los platos .  El italiano empezó con estos versos de la Divina Comedia:» En el medio del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura. Es que la recta vía había perdido. Hacemos votos porque esto no le este ocurriendo a Piccoli