A diferencia de lo que sucedió en otras partes de América con las lenguas autóctonas, la lengua Maya no sólo no fue eliminada por la colonia sino que se infiltró en el Español marcándolo con fuerza.

La riqueza de la lengua maya y su vigor ha sido tal a través de los sigilos que hasta hoy siguen naciendo miles de niños que la tienen como lengua madre. La generación de nuestros abuelos fue eminentemente bilingüe, en su inmensa mayoría todos hablaban maya y español; esta situación prevalecía tanto en las ciudades grandes como en los pueblos pequeños y en todas las clases sociales.

Hace un siglo el yucateco, desde la infancia, pensaba con soltura en dos idiomas. La lengua maya se encuentra presente en el español que se habla en Yucatán en voces, acento y construcción. El acento enfático, la globalización de algunos sonidos, la mayor fuerza explosiva de otros y la entonación fraseal lenta y pausada, provienen de la fonética maya.

El célebre acento yucateco tiene su origen en la forma de hablar de los más antiguos habitantes de estas tierras, es pues auténticamente de origen maya. Así pues el ma’re (madre), mi bi’da (vi vida), ta’bueno, provienen de la fonética maya. La sustitución de la ñ por ni también es de origen maya: ninio, ninia, anio, lenia, mañana, etc. El uso de la partícula interrogativa ¿ha?, dándole a la h un sonido aspirado que se traduciría como ¿ja?, el ajá de aprobación y el mjm o njn, son genuinamente mayas; como maya es la tendencia a usar la ch y la x, Huach, Rach, Gach, Cuxo, Tanix, Uxa, etc.