Por Dr. Arturo Erosa Barbachano

En la época en que era estudiante de medicina, alguna vez leí un artículo en que alguien decía que el hombre comenzó a utilizar plantas medicinales para el tratamiento de sus dolencias imitando a los animales que lo hacían en forma instintiva. Lo anterior lo creí durante algún tiempo, pero mis dudas aumentaban mientras más leía sobre el tema. Resultaba curioso que “el rey del planeta” tuviera que recurrir a la observación de los animales para atenuar sus propios males. Estas cosas se pensaban cuando se calculaba que el hombre tenía apenas unos pocos miles de años de existir en la tierra. Pero ha pasado ya mucho tiempo y las investigaciones actuales han fijado la fecha de aparición de la especie humana en cerca de cinco millones de años. Es decir que esta especie era una más entre las millones de especies que poblaban el planeta y lo único que la fue distinguiendo fue el desarrollo cerebral y sus funciones. Este proceso taró un poco más de cuatro millones de años para lograr sus primeras pruebas objetivas, que fueron el descubrimiento del modo de hacer fuego y la fabricación de sus primeros rudimentarios utensilios. La sola obtención de estos dos conocimientos bastaron para que obtuviéramos el título de “reyes del planeta” y pudiéramos subsistir en medio de las condiciones agresivas del medio ambiente, las cuales se fueron dominando poco a poco. Pero , ¿qué sucedió con las enfermedades? Tuvieron que transcurrir milenios de años para que el hombre se diese cuenta de que no todos los problemas eran ocasionados por la acción del medio ambiente externo y se obtuvo la noción de los daños ocasionados dentro de un organismo por algún agente extraño. Esto ocurrió hace unos 50 000 años; a este sistema se le llamó “shamanismo”, con base en que era el shaman el individuo encargado de atender estos casos. Este nombre proviene de la palabra sahmana que significa “el que sabe”; en el maya yucateco es aj-men , que significa lo mismo. El shamanismo se difundió por el noreste de Asia y llegó a América con los primeros pobladores del continente que lo diseminaron en los siguientes milenios. Su sistema curativo era a base de la extracción de dizque cosas extrañas “enfermantes”. A partir del año 8000 A. de C., los primeros pueblos pastores iniciaron algunos procesos agrícolas y comenzaron a utilizar los efectos funcionales de algunas plantas. Esto ocurrió principalmente en la Mesopotamia y Egipto, donde además hubo cambios religiosos y se atribuyó a los demonios la causa de las enfermedades.