Jacobo_Zabludovsky

Hace algunos años me encontré a don Jacobo Zabludovsky en un restaurante de la ciudad de México, si mal no he de recordar se trata de La Taberna del León, en Plaza Loreto. Ya alguien me lo había presentado de tiempo atrás. Cenaba con su esposa, doña Sarita, y un par de amigos. Me acerqué a su mesa y lo saludé. Hacía unos días que se había dado la noticia de que era la voz más oída de México en la radio, o algo por el estilo. Para entonces el famoso licenciado tenía ochenta años pero era difícil advertir su edad. Le pregunté “¿Cómo se mantiene tan bien don Jacobo? “ “Porque siempre he estado en mi peso”, me dio como respuesta. En realidad tenía el peso de un adolescente y por eso era difícil calcular su edad. Cuando fuimos a mi mesa, mi compañera me dijo “te dijo eso para fastidiarte”. Lo cierto es que era un hombre de un notable éxito. Uno de los motivos era su cultura. Cuando alguien de cierta talla intelectual llega a la radio se eleva todo. Tanto más si el personaje era tan elegante como lo era Zavludovsky . Estuvo ahí cuando el hombre se fue a la luna y estuvo la espantosa mañana de septiembre en que se cayó la ciudad de México. Hasta cuando no estuvo hubo un mensaje. Por eso en la historia de México, este hijo de inmigrantes judíos polacos que nació en la colonia de los doctores y creció en el Centro Histórico, siempre estará.