Iglesia de María Inmaculada en Mérida, Yucatán

La iglesia de María Inmaculada fue construida en los años setenta del siglo XX y es obra del arquitecto Felix Mier y Terán Lejeune. Parece responder a los principios del funcionalismo. El techo de la nave evoca un gran manto de la Virgen, a quien está consagrado el templo. El techo es un volado de varios metros de concreto armado en con recurrentes semicírculos que descansan sobre unas nervaduras. Lo largo del techo, la ausencia de trabes horizontales y el descanso sobre los muros constituyen un alarde técnico clásico del funcionalismo. Sin embargo la antigua concepción benedictina del templo quedó sustituida por una forma circular con varias entradas y cierta visión panóptica del presbiterio y viceversa. La presencia de escalones parece perturbar un principio de los templos católicos: dificultan las procesiones que evocan un pueblo peregrino en la tierra. Desde luego que algunos sacramentos que se realizan atravesando el pasillo central también quedan complicados. No así la eucaristía que puede lograrse desde varios pasillos. Pero es inevitable advertir que los espacios no favorecen la liturgia.