Se ha establecido la versión de que fue el Gobierno del Estado quien orquestó la agresión a las calles de Mérida con ácido muriático. Estos son los hechos: se escogieron 53 puntos de las nuevas calles donde no hubieran cámaras del Ayuntamiento y aprovechando las lluvias se derramaron ácido a efecto de desbaratar las calles. El maridaje de lluvias y ácido daría un resultado fatal . Como dio cuenta Hernán Casares Cámara en su reportaje una señora notó algo raro en la puerta de su casa y dio parte a Ayunatatel. Las investigaciones vinieron a dar en la placa de un automóvil que roció el líquido corrosivo con el que se pretendía destruir las calles afectadas. No solo se apuntó el número de las placas sino que se filmó. Resulta que el vehículo era del Gobierno del Estado. Es turbador el pasaje. En los términos más abyectos , sin reparar en el interés de la comunidad, una instancia de gobierno atenta contra la ciudad con fines partidistas. De confirmarse esta terrible versión se debe proceder legalmente contra los involucrados. El asunto es muy grave. Quien está obligado a ofrecer protección a los ciudadanos y a los bienes de la ciudad los agrede. Algo similar se vio en Quinta Roo y en Veracruz. Parece ser la tónica delirante de un partido que vive un extravío peligrosísimo. Este fue el proceder del nazismo en Alemania : el interés del partido está por encima del pueblo al que se puede acribillar si es necesario. Es claro que hay un gran temor a la popularidad de Mauricio Vila y a la presunta fuerza del PAN. De ahí esta medida que ofende a la Blanca Mérida, a la mejor ciudad de México para vivir, a una ciudad reconocida internacionalmente. Si esto se ha hecho ahora  qué medidas feroces se pueden esperar para las próximas elecciones. Ha empezado ya el juego criminal . Los ciudadanos son los únicos que podemos detenerlo , tanto más cuando nos agreden en esta forma.