Antes de lo que los poetas provenzales crearan el concepto del amor y todos sus refinados protocolos, los hombres se abandonaban a la fuerza de las pasiones.  Occidente es hija de dos tradiciones: la greco-latina y la judeo-cristiana, aunque quizás esta última incluya a la primera. El cristianismo , fundado por San Pablo, comprendió los mitos trascendentes del Mediterráneo y por eso incluyó la cultura greco-latina.

La historia empieza en El Olimpo, la patria de los dioses. Ahí se celebró el primer concurso de belleza. En la fiesta de unas bodas estaban reunidas Hera, diosa de la guerra; Afrodita, diosa del amor; y Atenea, diosa de la sabiduría. Eris ,la diosa de la envidia no había sido invitada, y tramó una venganza: lanzó una manzana que decía: “para la más bella”. Se armó una discusión que terminó en bofetadas y jaladas de pelo. Intervino Zeus y propuso que se buscara a un joven príncipe que fuera el juez. Así se eligió a Paris. Cada una de las diosas hizo su oferta: Hera le brindó todas las artes de la guerra; Atenea, la sabiduría infinita, y Afrodita solo le hizo una oferta: “te daré a la mujer más bella de la tierra y sus alrededores”. ES imposible , nada compite con la belleza . Es el arma de inmediato efecto para los jóvenes que no pueden emanciparse de su embrujo. París eligió a Afrodita. Tiempo después conoció a Elena de Esparta , esposa de Menelao.  Al ver a Elena se convenció que ella era la mujer que le había prometido Afrodita. París era joven y guapo y logro seducir a Elena. Ambos salieron para Troya , la tierra de París y este hecho de amor desató la gran guerra por conquistar la gloriosa tierra de Príamo y de Héctor. En esta guerra participó Aquiles, el hombre que se burlaba de Apolo por sus destrezas para la guerra. Las murallas de Troya nunca cayeron. Como siempre lo eficaz fue la astucia, y en este caso fue la de Odiseo quien creó la estrategia del caballo. Los griegos entraron a Troya a destruirla y saquearla. Pero el hombre más torpe puede vencer al más apto: Aquiles tenía un punto débil : sus talones. París lanzó una flecha pretendiendo darle en la espalda al invencible Aquiles , al que había vencido a Héctor, pero el tiro era malo y por error dio en un talón de Aquiles que así perdía la vida. La pasión y aun el amor en los jóvenes , y los no tan jóvenes, tiende a rendirse irremediablemente ante la belleza, sacrificando todo los demás.