Preparatoria-1-merida

Recientemente salió a la luz un libro de don Russel Vallejo Sánchez, maestro distinguido de Yucatán 2002. Lo tituló «Memorias del Internado Federal No.5 de Enseñanza Secundaria para Hijos de Trabajadores», este último nombre original de la Federal No. 1.

El documento es un testimonio valioso de sucesos históricos que fueron signos de los tiempos. Fundada la escuela en 1937 nos habla del espíritu que existía en busca de la educación para todos los niveles. Sin embargo, no se trataba de una educación industrial como la hoy nos ha avasallado, si no de una gran calidad. Don Russel nos exhibe el nivel sólo con la lista de maestros que no requieren mayores argumentos: el primer director fue el Lic. Octavio Novarro Fiora, le siguió el Ing. Manuel Puente Cerda y a éste el Lic. Solón Zabre Morel. El primer secretario  fue el joven poeta Octavio Paz Lozano, quien andando los años se convertiría en Premio Nobel de Literatura. Mérida significó más par don Octavio de lo que para la ciudad el gran poeta. Aquí escribió un célebre poema: «Entre la Piedra y Flor». y dejó varios testimonios escritos de sus impresiones sobre Mérida y sobre Chichén Itzá y otras antiguas ciudades mayas. De Mérida salió el joven Paz para casarse con la gran escritora Elena Garro e irse al encuentro de escritores en Valencia, España. La invitación llegó a la LEAR (Ligad de escritores y Artistas Revolucionarios), en la ciudad de México. De las oficinas de esta legendaria organización tomó Elena la invitación y se la telegrafió a Octavio. Otros maestros pioneros de esta celebérrima escuela fueron: Ricardo Cortés Tamayo, José Emilio Vallado Galaz, Enrique Gottdiener Soto, Rafael Cervera González, las doctoras Nery Loreto Sansores y María Lire Recio. Brindaba la atención médica a los internos el Dr. Eusebio Acosta. Colaboraban también Manuel Cachón Ortegón y dos grandes escritores mexicanos: Efraín Huerta y José Revueltas.

El espléndido documento del señor Vallejo Sánchez no nos escatima las anécdotas que vivió en sus tiempos de interno, así como otras noticias: listas de maestros, reformas y acondicionamientos de una escuela emblemática de la historia de la educación en Yucatán, que transitó de la calle 60 con 53 a la calle 62, en el año de 1947; hasta que, finalmente, en el año de 1965 se construyó el moderno edificio ubicado por el rumbo de Itzimná. Con particular aliento recibimos este testimonio. Dos motivos lo hacen significativamente valioso: su carácter autobiográfico, género poco común en nuestro literatura y del que estamos necesitados para entendernos a nosotros mismos y dejar una explicación para el futuro. Textos como el de don Russel atravesaran los años, quizás los siglos, con una gran energía.

La otra razón que destaca este trabajo es el tema mismo: una escuela nuestra plana de tradición que la hace ser parte de nuestro patrimonio cultural. De ahí que a un tiempo saludemos con gratitud este esfuerzo y demandemos de su autor un trabajo posterior que nos amplíe el cautivador horizonte que nos ha mostrado.

Foto por Johnn Leffmann

Octavio Paz Lozano

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