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Si la canción yucateca surge con trazos del Romanticismo, por esos mismos años pioneros Rubén Darío pública su Azul, justo en 1888, aunque años antes se da inicio al Modernismo que quizás empieza con la publicación de “Ismaelillo” de José Martí. La trova yucateca nace con formalidades de Romanticismo cuando el Modernismo ya se había iniciado en América ¿Nace extemporánea? Es difícil responder, al menos por dos motivos: uno es el acto precursor y otra es la época que abarca el movimiento y sus secuencias; también , hay que reconocerlo, las comunicaciones no eran lo que son ahora: no era fácil ser contemporáneo de los hombres del mundo de hace algo más de cien años.

Si el Romanticismo tuvo carácter universal el Modernismo es un movimiento que se ciñe al mundo de habla hispana y quizás sólo a la poesía. Podemos establecer su era entre 1880 y 1915 tras el inicio de la Primera Guerra Mundial. El Modernismo fue un movimiento de ruptura pero en un sentido fue una extensión del Romanticismo: comparten el tema del amor, que en el caso del Modernismo es imposible, aunque presenta un contraste entre el profundo y delicado amor y el erotismo. Se esmera en el ritmo lo que le ha valido las más severas críticas, algunos han visto en esta devoción una suerte de sacrificio: en el altar del ritmo sacrifica la poesía.

El advenimiento del Modernismo le da una vida nueva a la Trova Yucateca y la hace vivir sus años de oro, aun cuando sus mejores versos modernistas se crean después de los años veintes cuando ya se había desarrollado la Vanguardia y sus cautivadoras imágenes y se había iniciado la crítica a Rubén Darío. ¿Es este otro signo de extemporaneidad? Cualquier respuesta recurriría a la simplificación. Pero una atención es conveniente: ya hemos hablado de la prosperidad en la sociedad yucateca , esa que trajo una vinculación a Europa: los jóvenes salían a estudiar a Inglaterra y Francia. La presencia extranjera se notó en la arquitectura y la moda primero que en la poesía. Charles Baudeleire, que pudo haber tenido una gran influencia en el Modernismo, pudo haber sido ajeno a los poetas yucatecos. Lo mismo se puede decir de Mallarmé y de todo el Simbolismo a pesar de sus similitudes con el Moderinismo. A finales del siglo XIX en todo México se estableció la Bella Época, tan cercana a París; sin embargo en los albores del siglo XX los poetas mexicanos optaron por un movimiento americano que encabezó Ruben Darío. No deja de llamar la atención que para principios de los años veintes Ramón López Velarde ya había lanzado sus primeras imágenes en Suave Patria y Carlos Pellicer hacía lo propio con una poesía seductora. Años después los poetas de Contemporáneos leyeron con emoción a los poetas franceses y norteamericanos. Sin embargo los poetas yucatecos seguían fuertemente vinculados al Modernismo.

Los temas del Modernismo son los temas de la trova yucateca: la búsqueda de la soledad, el escapismo, el cosmopolitismo, los temas americanos, en especial los indígenas, felices para los yucatecos. En el Modernismo hay una búsqueda del preciosismo en el estilo y una actitud aristócrata; una adjetivación muy colorida y el uso- y abuso frecuente- de la aliteración y la sinestesia. Finalmente hay un gusto por lo exótico: sitios , personajes e historias. Por supuesto el color insignia del Modernismo es el Azul que era frecuente en la poesía: era una suerte de clave.

El poema “Para Cuando Muera” (1925) de José Esquivel Pren muestra , quizás como ningún otro, el uso de los dos recursos poéticos(sinestesia y aliteración) y la musicalidad del Modernismo. Cierto, la sinestesia tiene algo de macabro porque finalmente el olor de las flores llevarán el olor de la cenizas del enamorado, asistimos así a una exhibición de la analogía que prevalece en el Modernismo :

Que entierren mi cuerpo junto a la ventana

Que mi novia tiene mirando hacia fuera

Y a ella que le digan que por la mañana

Plante allí mismito, junto a esa ventana

Unas rosas húmedas y una enredadera.

Para cuando muera, quiero que mi tumba,

Que mi tumba huela , huela a primavera.

Que de los naranjos se corten azahares

Corten amapolas en recios manojos

Y rieguen con mieles de mis colmenares

La alfombra de azahares pr mis besos blancos

Y las de amapolas por mis besos rojos.

Para cuando muera , quiero que mi tumba huela

Que mi tumba huela , huela a primavera.

La aliteración, así como el uso de ritmos pronunciados en la poesía, pueden conducir a regiones inciertas. En el poema Mestiza de Ermilo Padrón López , vemos algo de eso:

Mestiza, joya castiza

Del barrio de San Sebastián,

Un madrigal se idealiza

Cuando asoma tu sonrisa

Bajo el arco de San Juan

En los jardines las rosas,

Xaíles y mariposas

Exhalan perfumes mil

Porque anhelan pretenciosas

Ser bordadas e tu hipil

Mestiza , joya castiza,

Emblema de mi Yucatán,

Un madrigal se idealiza

Cuando pasa tu sonrisa

Bajo el arco de San Juan.

Queda cierta evidencia de que el poeta pretendió buscar la rima y el ritmo sin importar la felicidad del concepto. Esta actitud es fruente en algunos modernistas. Aunque ciertamente la aliteración no es un recurso al que acuda Ermilo Padrón con frecuencia. La sinestesia es evidente , tanto más con su alusión a las mariposas, flores pequeñas de un intenso y gratísimo aroma.

La presencia del Modernismo en la poesía trovadoresca de Yucatán pueda quedar muy bien representada, entre otros, en tres poemas:

Pasíón (1929) de Luis Rosado Vega

Hay en tus negros ojos zegríes

Lumbre de oriente, radiante luz

Miel en tus labios y cuando ríes

Fingen tus dientes perlas de Ormuz.

Nido de aroma es tu cabello,

Tu dulce frente, palio de amor,

Suave y terso tu glácil cuello,

Erecto tallo de esbelta flor,

Qué ardiente gota sorbí al besarte,

Qué miel me diste para beber,

Qué por seguirte, por adorarte,

Te he dado todo, todo mi ser.

Deja que bese tus labios rojos,

Tu frente suave, seda de Ofir,

Deja que bese tus negros ojos,

Tus ojos negros hasta morir.

El poema incluye elementos representativos del Modernismo: el ritmo, el gusto por lo extravagante: ojos zegríes, perlas de Ormuz, seda de Ofir. Pero tiene otro ingrediente cautivador: la alusión a la pócima de los labios, clásica en la poesía amorosa de siglos pasados. Al mismo tiempo nos encontramos nuevamente ante la exaltación del beso como el acto amoroso por excelencia, al punto que besar los ojos es una deliciosa variación.

Luis Rosado es un poeta que a pesar de ser hijo de una época logra hacer perdurables sus versos porque poseen el mágico y misterioso poder de la poesía. Logra lo que proponía Verlain: conseguir la “alquimia de los verbos”, para culminar ese propósito Rosado Vega se ampara en el Modernismo.

El recurrir a historias exóticas que se dan en sitios no menos extravagantes se ve en Musmé (1931) de José Díaz Bolio.

Musmé

Como un loto desmayado

Era pálida Musmé.

Era su semblante pálido

Como un lirio reflejado

En una taza de té.

En el triste Yoshiwara

Se oía su canción:

He perdido mi esperanza

Y como una porcelana

Se me quiebra el corazón.

Ojos de claro de luna,

Rostro de seda y marfil,

En el pesar de su angustia

Se quejaba igual que una

Prematura flor de abril.

Y una tarde, de repente,

Tronchada por el dolor,

Como un suspiro que muere

Apacible y dulcemente,

Musmé se murió de amor.

El uso de las formas métrica clásica se restituye en el Modernismo: el endecasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino, entro otros tantos. El gusto por la mitología y el sensualismo, propios de este tiempo, fascinan al pueblo yucateco. Rubén Darío dijo que escribía entre las runias prehispánicas y las catedrales. En adición a todos los poema con alusiones mayas , en lo relativo a la vinculación del catolicismo con el amor podemos citar a Carlos Duarte Moreno:

Manos de Armiño

Beso en las noches las pompas

De tus manos virginales,

Tus manos que son palomas,

Tus manos que son rosales,

Tus manos que son rosales,

Porque huelen a cariño

Y a besos sentimentales,

Tus blancas maños de armiño

Tus blancas manos de armiño

Que son hostias por ser bellas,

¡Ay! Quien pudiera ser niño

Para comulgar con ellas,

Para comulgar con ellas

Y así tener en mi mal

Tus manos que son estrellas

Con perfumes de rosal.

Apenas se tiene que destacar que la comunión como un pasaje de plenitud para el alma se reserva para los niños. Hay en esto otra confesión, los hombres adultos no se redimen con la eucaristía.

No menos representativo es la presencia del Azul frecuente del Modernismo en el poema de Manuel Díaz Massa “El Pájaro Azul” (1929).

Tengo un pájaro azul dentro del alma,

Un pájaro que canta y que solloza

Y que en mis noches de infinita calma

Es como una esperanza milagrosa.

Tengo un pájaro azul dentro del alma.

Ese pájaro azul es el cariño

Que yo siento por ti, mas no te asombre,

Fue mi anhelo más grande cuando niño

Y hoy se ha vuelto dolor ya que soy hombre.

Ese pájaro azul es el cariño

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