El Hospital O'Horán en la actualidad

El primer hospital que hubo en la ciudad de Mérida se fundó casi inmediatamente después de la conquista. Desde esa época «se hizo notar la necesidad de tener un refugio en donde pudieran ser atendidos los conquistadores solteros, forasteros de paso y pobres de la solemnidad en caso de enfermedad», y no fue sino hasta el año 1550, durante el gobierno del primer Alcalde Mayor don Gaspar Suárez de Ávila cuándo la idea tomó forma y se hizo realidad.

Con tal fin el alcalde Suárez de Ávila donó el terreno continuo a su morada para la fundación del primer hospital que hubo en Mérida.

La construcción duró algunos años según puede colegirse por una lápida que lleva la siguiente inscripción: «Se erigió y dedicó este hospital el 18 de Mayo de 1562″. Conforme a las costumbres de la época no se concebía la existencia de un hospital sin capilla y en sus mismos terrenos se construyó una pequeña iglesia para que sirviera de capilla al hospital. Dicha capilla hasta hoy existe en el lugar donde se cruzan las calles 61 y 58, con su pórtico de piedra labrada sobre la calle 61 frente a un costado de la catedral.

Años después el hospital se transformó en hospital y convento, concluyéndose la obra en el año de 1625. En dicho año el Obispo Fray Gonzalo de Salazar lo entregó a los religiosos de la orden de San Juan de Dios en fecha 6 de Diciembre. Y comenzó a llamarse Hospital de San Juan de Dios.

Por la misma época don Diego García de Montalvo comenzó a construir una iglesia o ermita al oriente de la ciudad para que fuera Monasterio de Recoletos y la donó a los religiosos de la Orden de San Francisco, recibiendo el nombre de Iglesia del Tránsito de la Madre de Dios, o Iglesia de la Mejorada. En el mismo solar se construyó un convento y de 1688 a 1694 se adaptó el edificio para que al mismo tiempo sirviera de Hospital a los frailes Franciscanos miembros de la Orden, que en la difícil administración de los pueblos de indios contraían muy serias y penosas enfermedades». Ya había pues dos hospitales: el de San Juan de Dios que cumplía su humanitaria labor al servicio del pueblo y el hospital de los Franciscanos para atender solamente a los religiosos de la Orden. En las postrimerías de la Colonia, 30 de Mayo de 1821, un decreto de las cortes españolas ordenó la extinción de los conventos y el jefe Supremo Político y Capitán General de Yucatán don Juan María de Echéverrí y Manrique de Lara expulsó a los juaninos y trasladó el hospital al local del ex-convento franciscano obligando al Ayuntamiento de la ciudad a sostenerlo.

Declarada la independencia del torno español, las nuevas autoridades ante la incompetencia del Ayuntamiento para sostener el hospital lo devolvió a los juaninos regresando al mismo sitio que había ocupado antes y comenzó a llamarse Hospital General de San Juan de Dios, en el año de 1832, se hizo cargo de este hospital General de Mérida. Al año siguiente durante el gobierno de don Tiburcio López y Constante, se fundó la Escuela de Medicina en la Universidad del Estado y el Hospital General fue destinado para las prácticas clínicas de los alumnos.

En el año de 1862, el Dr. Don Agustín O’Horán y Escudero promovió ante el gobernador Lic. Don Liborio Irigoyen Cárdenas, una laudable disposición: «que el Hospital General que se hallaba todavía en el mismo local que donara don Gaspar Suárez de Ávila, hacía más de 300 años, fuera trasladado a otros sitio menos céntrico, y el escogido fue el antiguo convento franciscano de la mejorada, que prácticamente ya estaba abandonada». Y allí estuvo hasta el año de 1906 en que fuer trasladado al amplio lugar que hasta hoy ocupa en el rumbo poniente de la ciudad.

Por ésta ´poca funcionaban los servicios de cirugía, obstetricia, medicina. Se practicaba la cirugía de la época: reducción de luxaciones, entablillados de fracturas, amputación de miembros triturados o gangrenados; talla perineal para la extracción de cálculos vesiculares, suturas de heridas, las curaciones de hacían con telas y ungüento amarillo, se atendían partos y se asilaba a los dementes en una sección situada al fondo del patio provista de celdas.

Después vino una nueva época, nuevas luces alumbraron al mundo con el penúltimo decenio del siglo pasado que tuvieron grandes repercusiones en la vida del hospital. Y así en la gloriosa época de la asepsia y la antisepsia vinieron los atrevimientos de la cirugía, en el año 1895 por primera vez en el hospital el Doctor Saturnino Guzmán Cervera practica una laparotomía en la persona de un sirio-libanés que presentaba una herida en el vientre causada por un disparo de arma de fuego que le causó 14 perforaciones en el intestino, las que suturadas a tiempo salvaron la vida del herido. Así, el viejo hospital empezó a conocer los bellos tiempos del comienzo de la cirugía muy poco tiempo después de iniciada en Europa y comenzaron a escribirse hermosas páginas del libro de la vida médica Yucateca.

Después del fallecimiento del Dr. Don Agustín O’Horán acaecido en Septiembre de 1884, el Hospital General cambió de nombre y para perpetuar la memoria de tan ilustre médico, con la general unánime aprobación del pueblo, se dispuso que llevara el nombre del Hospital O’Horán. Poco después se mandó colocar en el interior del edifico un monumento con su efigie y el pie de ella una lápida de mármol con una inscripción en idioma latino cuyo tecto fue redactado por el P. Hijuelas y esculpida por don Leopoldo Tomassi. Se lee en la lápida.

Eximie reipublicae studioso

Solertimente praedito

Arte docto peoniam

Generis humani amatori

Agustino O’Horán

Natale solum

Minervae studio

Terrea Proles

—-o—-

MDCCCXCV

Que traducido al español dice:

Al repúblico,

Al maestro

Al médico

Al filántropo

Agustín O’Horán

La patria

La ciencia

La humanidad

—o—

1895

De 1886 A 1889, la dirección del hospital estuvo encomendada al Dr. Augusto Molina Solís y anteriormente y durante varios años al Dr. José Dolores Patrón Peniche. La actuación de ambos fue meritoria.

El Dr. Molina Solís desempeñó una labor beneficiosa para el hospital y para la enseñanza, supo escoger a sus colaboradores y supo crear un ambiente de disciplina de adelanto, logrando en esta forma que el hospital y la Escuela de Medicina comenzaran a labrarse la fama que llegó a tener bajo su sabia dirección.

Uno de lo más famosos cirujanos mexicanos de la época porfiriana, el Dr. Aureliano Urrutia, se formó en el viejo Hospital, recibiendo lecciones del Dr. Guzmán.

Comenzaron a hacerse las primeras traqueotomías en los casos de difteria laringea. El Dr. Manuel Arias Durán hizo la primera Sinfisionotomía y el Dr. Augusto Molina la primera operación de hernia estrangulada en el año de 1885.

En 1852, el Dr. José María Tappan hizo la primera talla perineal y en 1884 el mismo operó por primera vez un absceso de mama.

El 4 de junio de 1847, (en el Hospital de San Juan de Dios) el Dr. José Matilde Sansores, dio la primera anestesia general con éter (un año después que Warren y Morton la hubieron aplicado en Estados Unidos).

En 1886, los doctores Molina y Sauri, cirujanos del Hospital, dándose cuenta de lo impropio que era tener en las mismas salas enfermos de medicina y cirugía, crearon el Departamento de Cirugía con salas para hombres y salas para mujeres.

En el año 1887 se marcó una nueva época para la cirugía en Yucatán, fue cuándo comenzaron a hacerse en el hospital la talla hipogástrica, la uretrotomía interna como acato preliminar par ala dilatación de la uretra con las bujías Beniqué, la uretrotomía externa y el cateterismo retrógrado en los casos de ruptura de la uretra, la prostatactomi por el método de Freyer la Toracoplastía, la operación de empiema, la operación del absceso hepático, la nefrostomía, la nefroctormía, la sutura metálica de la rótula fracturada, la trepanación del cráneo, las apendicectomías, los injertos cutáneos por el método de Ollier, las síntesis óseas.

En 1902 inició su periodo de gobierno el Lic. Don Olegario Molina Solís y por instancias de su hermano Augusto, se comenzó la construcción del nuevo hospital. En realidad el ex-convento de la Mejorada no reunía condiciones para hospital, en su época había llenado su cometido pera ya en pleno auge de la era de la asepsia y de la antisepsia el concepto de hospital había cambiado. El viejo edificio adolecía de muchos defectos. Las salas para los enfermos eran oscuras y húmedas, la sal de operaciones pequeña, oscura y sin ventilación y a pocos metros del hospital había una estación de ferrocarril.

Los médicos que en él trabajaban clamaban por la construcción de un hospital moderno. Y así el 5 de Febrero de 1902, cuatro días después de la toma de posesión, Don Olegario invitó a un grupo de personas para asistir a una reunión en palacio donde expuso los planes y estando de acuerdo se nombró una junta a que encargara de la administración de los fondos que se reunieran y de la vigilancia de la construcción del nuevo Hospital.

La junta llevó como presidente a don Pero Peón de Regil. Había que conseguir dinero para llevar a cabo la obra, y no faltaron buenos yucatecos que confiando en la honradez administrativa y en la sinceridad de quienes elaboraron el proyecto, contribuyeron con donativos de importancia.

Para construir el hospital se escogió un terreno de cien mil metros cuadrados situado al poniente de la ciudad, antiguo paraje Santa Catarina, junto al camino de Sisal, Se encargó la obra al Ing. Salvador Echegaray, bajo contrato con un costo de $917, 102.00.

La planificación fue semejante a la de un hospital de Milán con una capacidad para 400 camas distribuidas en pabellones o salas de 20 camas, contando además con edificios para administración, dirección, cocina, lavandería, costurería, farmacia, laboratorios de análisis, anfiteatro para anatomía patológica y disección y dos salas de operaciones, una en el ala norte y otra en el ala sur. Cada sala de operaciones con Cuarto de anestesia, cuarto de desinfección y vestidores para el cirujano y ayudantes, cuatro para el arsenal y cuarto para la esterilización de los instrumentos y material quirúrgico.

Fue inaugurado el día 6 de Febrero de 1906 por el presidente de la República, General don Porfirio Díaz y se puso en servicio en marzo del mismo año. El traslado de los enfermos se hizo por ferrocarril el cual salió de la mejorada, utilizando la vía Campeche que rodea la ciudad y pasa detrás del hospital, llevando a bordo enfermos y enfermeras.

Al comenzar su vida del nuevo hospital contaba con tres servicios de cirugía que eran primero y segundo de hombres y el tercero de mujeres, dos servicios de medicina. Existían además los servicios de infancia, maternidad, medicina de mujeres, venereo-sífilis, servicio de tuberculosis y lepra tanto para hombres como para mujeres. Estos últimos estaban situados en el lado poniente del hospital y aislados mediante un enverjado de hierro. Los servicios funcionaban con un médico, un practicante y un ayudante de practicante, los practicantes eran alumnos de los tres últimos años y los ayudantes de los tres primeros años, los turnos de los alumnos eran trimestrales. Tenían obligación de pasar visita diaria acompañando al médico y hacer una guardia cada cinco días, mujeres de sexto año, en hombres los de quinto y en farmacia los de cuarto. La farmacia despachaba diariamente no menos de trescientas recetas, ya desde esa época se usaba la vía hipodérmica y las ámpulas se importaban de Francia y de Alemania.

A pesar de que prevalecía la idea de que hospital y escuela debían estar cerca uno del otro,nu fue sino hasta 1911 y por iniciativa del Dr. Cámara Vales cuando fue trasladada la escuela de medicina a un edificio sobre la calle 59 poniente en terrenos del Parque Centenario.

El espíritu dinámico del Dr. Molina, se manifestó siempre generoso para el adelanto de la medicina para lo cual trajo de Paris modernos autoclaves para esterilizar las compresas de gasa, campos operatorios y las blusas de los cirujanos, se adquirió instrumental moderno bien equipado y suficiente. Para el hecho más notable y digno de mención, traer un médico competente para impartir la enseñanza práctica de bacteriología, anatomía patológica y química clínica. Para ello y por mediación del Dr. Ramón A. Pacheco consiguió traer a Mérida al Dr. Harald Saidelin, notable médico danés de la universidad de Copenhague especializado en estas ramas de la medicina. Fue en 1906 y en el nuevo hospital cuando se hicieron por primer vez en Mérida (y tal vez en la República Mexicana) las reacciones de Widal y de Wassermann para confirmar diagnósticos de clínica. Se comenzaron a hacer análisis de contenido gástrico, de leche, de materias fecales, exudados vaginales, faringeos moco nasal, esputos, líquido cefalo-raquídeo. En su época y bajo su dirección se formó el hospital un Museo de Anatomía Patológica con piezas por el estudiadas. Poco años después el Instituto de Medicina Tropical de Liverpool le confió la misión de hacer estudios de investigación de la Fiebre amarilla que hasta esa época era un flagelo para la humanidad, especialmente en Yucatán.

Cabe recordar que en 1920 vino a investigar sobre la fiebre amarilla el sabio japonés Dr. Hideyo Noguchi, comisionado por la institución Rochefelbr. Este ilustre médico acompañado por su ayudante Dr. Kligler hizo sus trabajos de investigación en el hospital, en los mismo laboratorios.

A partir de Mérida del Dr. Seidelin, tes de sus alumnos quedaron al frente de los laboratorios, en Anatomía Patológica del Dr. Hircano Ayuso, en Bacteriología el Dr. Abelardo Lara Negrón, en Química el Dr. Amado Villa, quedando como Director y encargado de Análisis Especiales el Dr. Diego Hernández Fajardo.

Durante los días aciagos del argumedismo en el año de 1915 varios practicantes del hospial fueron enviados al frente de batalla en Pocboc, Blancaflor y Halachó; y después cuaándo el general Alvarado se hizo cargo del gobierno civil y militar fueron utilizados para misiones en Peto y Tabasco. Cuándo todo hubo vuelto al orden y el general Alvarado dominó la situación, el hospital había perdido todo su capital, la junta de beneficencia se declaró impotente para continuar sufragando los gasto y entonces el gobierno se encargó del sostenimiento del hospital.

Durante el gobierno de don Carlos Castro Morales se creó el servicio de Fisioterapia teniendo como jefe al Dr. Don Luis Cáceres Novelo.

En 1920 llegó de París el Dr. Alberto Rendón Peón recién graduado de dicha facultad trayendo algunas innovaciones en técnica quirúrgica, fue cuando se practicó por primera vez el drenaje Miekulik después de la extirpasión de voluminosos tumores del vientre.

Durante el gobierno del Dr. Alvaro Torre Díaz en 1927 y siendo director el Dr. Guillermo Vega Loyo se nombró un consejero o junta de administración de los establecimientos de beneficencia sostenidos por el Estado habiendo sido su primer presidente el Sr. José María Medina Ayora. Su primera disposición fue la creación del internado que consistía en que todos los practicantes tenían la obligación de vivir en el hospital y pasar visita en servicio todas las tardes. Se amplió el comedor para dar cabida a los 18 practicantes que formaban el grupo de esa época, se acondicionó una parte del edificio con varios cuartos para dar alojamiento a los practicantes y un salón para biblioteca.

En los servicios no había médicos adjuntos. El ayudante del cirujano era el practicante del servicio, y si se necesitaba más personal para completar el equipo se utilizaba otro practicante aunque no fuese del mismo servicio. Cada mes el practicante recibía como paga la cantidad de $30.00. Durante el periodo gubernamental del Prof. Bartolomé Garcia Correa en el año 1931, siendo director del hospital el Dr. Juan Helguera Guzmán Méndez, practicó las experiencias del Dr. Vororof en 5 enfermos de edad avanzada que voluntariamente se prestaron para hacerles los injertos glandulares.

Por la misma época en que el Dr. Vega estaba como director, llegó de París el Dr. Carlos López Alonso después de especializarse en órganos de los sentidos y se creó en el hospital el servicio de oftalmolaringología, en donde comenzaron a ser atendidos los que padecían esta clase de afecciones. Por la misma época llegó de E.U. el Dr. Pastor B. Molina especializado también en sentidos, y los dos de común acuerdo trabajaron en dicho servicio. Fue cuando se practicó por primera vez una operación de mastoidea de todo su tejido esponjoso, dejando una cavidad de paredes lisas, dando como resultado una cicatrización perfecta sin secuelas posteriores.

También fueron practicas la extracción de cuerpos extraños de la tráquea y el esófago.

Anteriormente en los servicios de cirugía general ya se habían practicado operaciones de cataratas, mastoiditis, extirpación de amígdalas y corrección de estrabismo.

En el año de 1931 se inauguró el departamento de rayos X y comenzaron a hacerse radiografías, constituyendo una importante mejora en los servicios. Para desempeñar esta labor fue nombrado el Dr. Alonso Patrón Gamboa y posteriormente el Dr. Cirilo J. Montes de Oca.

Durante el gobierno del Sr. Ernesto Novelo Torres fue nombrado director del hospital el Dr. Mauro Buenfil Ramírez. El Estado había pasado por un período de agitación política y desequilibrio económico y el hospital había sufrido las consecuencias ineludibles. Al mejorar la situación el Dr. Buenfil pudo hacer algo de los que había proyectado hacer. Se modernizó la farmacia, se higienizaron los comedores de los empleados y de los practicantes, se mejoraron los servicios sanitarios de todos los pabellones y se creó el servicio de Urología para el cual fue nombrado el Dr. Alberto Colomé Bouzá. Poco tiempo después se fundó el Servicio de Ortopedia bajo la jefatura del Dr. Enrique Escalante Alfaro y siendo directo del hospital el Dr. Benjamín Góngora Triay. Posteriormente se crearon dos servicios más, el de cardiología a cargo del Dr. Matías Aguilar Narváez y el de gastroenterología a cargo del Dr. Raúl Montalvo Escamilla.

en el año de 1947 comenzó a prestar sus servicios el Centro Anticanceroso construido en terrenos del hospital O’Horán y dotado del equipo necesario por la delegación de la Cruz Roja en Mérida, siendo su primer director el Dr. Cirilo J. Montes de Oca y cooperando con él, los Drs. Gustavo Cáceres Rendón, Edgardo Medina Alonso, Roberto Quintal. De urgente necesidad la creación de este centro, ha sido un gran acierto y es motivo de orgullo para el estado.

Iniciando su periodo de gobernador el Sr. José González Beytia de 1946 a 1952 se comenzó la construcción del nuevo local de la Facultad de Medicina en un terreno situado frente al hospital, adquirido desde la época del gobernador Molina, mismo lugar en donde el General Alvarado había comenzado a construir un edificio para la escuela de Medicina.

El 1ro de febrero de 1949 se inauguró en terrenos del hospital en el ángulo suroeste, la Unidad Dermatológica para atender enfermos de la piel y lepra con dos secciones, una a cargo del Dr. Edgardo Medina Alonzo y la otra a cargo del Dr. Felipe Santos Cetina.

Durante el gobierno del Sr. Víctor Mena Paloma en febrero de 1954 se inauguró el Instituto Neuropsiquiátrico en terrenos del Hospital Ayala. La creación de este moderno centro se debió a la iniciativa del Dr. Raúl Cárdenas Torre. Es un pequeño hospital en donde se hace labor de Neurocirugía rama que hasta entonces no se había practicado. Fue cuando comenzaron a hacerse el electrochoque y otros tratamientos modernos. El hospital Ayala está dedicado a la atención de enfermos mentales y también esta´vinculado con la Facultad de Medicina pues sirve par alas prácticas de la cátedra de psiquiatría.