cuba-y-yucatan

Hace algunos años un banquero norteamericano de origen cubano dijo en una comida: «que le den grajiaj a Cardenaj porque el evitó que Fidel interviniera en México, porque si no ahora todoj ejtariamos tomando café en Flagherj». El planteamiento era claro: Fidel intervenía en todo país cercano pero respetaba a México por el apoyo que nuestros gobiernos le brindaban. El banquero se extendió hablando de la fuerza de la inmigración cubana no solo en la Florida sino en toda la Unión Americana. Sostenía que la presión de los cubanos en Estados Unidos evitaba el acercamiento entre los dos países. Mi postura era diferente, aduje que el futuro impedía las relaciones y no el pasado. Mientras los Estados Unidos no tengan la certeza de que Cuba no va intervenir en América o en otro país no levantará el embargo. Mostré mi convencimiento: al gobierno norteamericano le valía un serenado rábano la democracia y la justicia ajena. Recordé el apoyo a Somoza y a Pinochet. Evoqué una frase que se le atribuía a Teddy Roosevelt sobre el viejo Somoza: sé que ves un hijo de perra pero es nuestro hijo de perra. El tiempo ya llegó y la inmigración de segunda generación en su mayoría no tiene vela en este entierro. Cuba ha estado íntimamente ligado a Yucatán. La Colonia nos mantuvo hermanados. Creamos un circuito: Nueva Orleáns, La Habana y Mérida. Posteriormente Nueva Orleáns le cedió el sitio a Miami. Durante la Colonia Cuba nos tradujo a España, en el siglo XX nos tradujo a los Estados Unidos. Cuba fue un factor importante en nuestra vida económica al punto de que nos negamos a firmar el acta de Independencia porque prohibía el comercio con España y sus dominios y Cuba era colonia española. Yucatán ya solo es parte de lo que fue pero el restablecimiento de la relación entre EU y La Habana va a determinar nuestra historia futura en más de un sentido. Posiblemente tarde algo el que Cuba recupere su capacidad turística, su potencial médico y cultural y su antigua naturaleza de capital financiera del Caribe, de cualquier manera los cambios nos van afectar. Sospecho que en Yucatán carecemos de planeación estratégica y ha sido el azaroso ritmo de la política la que ha determinado el rumbo. Por esto no sabremos como enfrentar el terremoto que se va dejar venir y que va ofrecer muchas oportunidades. Muchos yucatecos hicieron fortuna y tuvieron presencia importante en Cuba, seguramente esto volverá a suceder pero quizás no en la forma que más convenga al Estado.