Las Señoras de los Señores

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Doña Amalia Solórzano de Cárdenas

Las esposas, o acompañantes, de los caudillos tuvieron la participación pública que los hombres de la revolución esperaban de ellas: asistir a ceremonias, patrocinar obras asistenciales, cuidar de la casa y la familia y no dar problemas. Doña Virginia Salinas de Carranza, Doña María Tapia de Obregón, Doña Natalia Chacón de Calles y Doña Amalia Solórzano de Cárdenas, se ajustaron a su papel. A Doña Amalia su marido la quería en un papel discreto y se oponía a que la llamaran «primera dama», pues según el general Cárdenas el pueblo de México había elegido al presidente pero no a su esposa. A pesar de esto la impronta del matrimonio como tal se dejó ver: a la antigua hacienda La Hormiga, donde el presidente Cárdenas quiso vivir en lugar del suntuoso Castillo de Chapultepec, se le cambió el nombre por el de «Los Pinos», la finca en que Don Lázaro se le declaró a Doña Soledad.

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Doña Carmen Romano de López Portillo

Otro tanto se puede decir de Doña Clara Oriol, la esposa de Don Adolfo de la Huerta, fue una mujer discreta que cumplió su papel. Las esposas de los «presidentes imperiales» hicieron lo propio. aunque entre ellas ha habido de todo. Doña María Izaguirre de Ruiz Cortines ya había sido casada como casado había sido su esposo Don Adolfo. Según don Gonzalo N. Santo- Doña. María le entró muy duro a los trinquetes» mientras su marido fue presidente de la república, y según el mismo general revolucionario Don Adolfo Ruiz Cortines que «engañaba hasta el Lucero del Alba» le hizo creer a Doña María que el próximo presidente de la república sería Gilberto Flores Muñoz, por eso es que la señora le decía en público a la Nena Izquierdo de Flores que sería la primera dama y que sería conveniente que «recorriera Los Pinos» para planear los cambios al final el dedo apuntó por otro lado. Se dice que Doña Beatriz Velasco de Alemán estaba separada de Don Miguel Alemán antes de que este  fuera designado candidato a la presidencia, y que condiciones similares se encontraban Don José López Portillo y Doña Carmen Romano. Esta última ha sido una de las primeras damas que han exhibido su poder con mayor ostentación: viajaba con su piano de cola y hacía que se lo subieran a las habitaciones de los hoteles que ocupaba, cerraba restaurantes para evitar miradas indiscretas o los mandaba abrir fuera de horario para que la atendieran, exigió que el estado mayor presidencial le asignara guardias permanentes, costumbre que hasta hoy prevalece, y creaba trastornos terribles en las avenidas de la Ciudad de México cuando se desplazaba de un lugar a otro, son innumerables los desplantes y caprichos que hicieron famosa a la señora. A Doña Esther Zuno de Echeverría le gustaban los trajes regionales para los banquetes, así como la  horchata , la jamaica y el agua de chía. Se ha dicho, es posible que sea cierto, que era una luchadora social que se había reprimido en aras de la carrera de su esposo, misma que apoyó con decisión. Se hacía llamar «compañera» y a pesar de su carácter tierno tuvo un gran activismo durante la presidencia de Don Luis. Doña Eva Sámano de López Mateos fue una «Primera Dama de Primera». Mujer culta y sensible proclama en sus famosos discursos las bondades de la vida domestica de las mujeres , sin embargo en privado obraba de otra forma. No solo apoyó a su marido sino que fue ella la que definió el papel moderno de las esposas de  los presidentes, lo hizo a partir de su rica experiencia como maestra profesional y de, también, su incuestionable talento. Evidentemente copió el modelo  norteamericano que también se acoplaba a los postulados vigentes de la revolución mexicana. Ella patrocinó la fundación del Instituto de Protección a la Infancia ( INPI que después se convertiría en el actual DIF. Fue una mujer activa que realizaba giras por su cuenta y que desarrolló los programas más audaces que hubiera implementado la esposa de un presidente de México. Doña Eva se distingue por derecho propio y merece ser vista como un caso especial entre las primeras damas de nuestro

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Doña Eva Sámano de López Mateos

país.