Debe decirse algo de principio: Yucatán ha sido conocido en México y en América del Norte por sus empresarios. La labor de estos ha sido eclipsada por la Revolución y  por la realizada por sus artistas e historiadores. Los cultivadores del Palo de Tinte, don Eusebio Escalante , el fundador de la industria henequenera, don Olegario Molina y don Avelino Montes, los hermanos Roche Martínez y otros tantos, hasta el mismo Nicolás Madáhuar Cámara que logró un importante liderazgo nacional. Sin embargo la familia Ponce lleva más de cien años ocupando un lugar destacado en ámbito empresarial yucateco. Esta posición la tuvo don José María Ponce Solís antes de fundar la Cervecería Yucateca: estaba del lado más rentable del henequén , tenía una casa exportadora. El caso de la Cervecería es notable en más de un sentido, pero en realidad su era de oro la vivió bajo la dirección de don Arturo Ponce G. Cantón, que había obtenido el título de ingeniero en MIT. Sin embargo nunca salieron a la conquista del mercado nacional , prefirieron gozar del privilegio de importar materias primas de primera y hacer una cerveza extraordinaria, particularmente la Montejo y la León Negro, sin menoscabo de un deliciosa cerveza d barril. Esta estrategia los obligó a vender, no pudieron competir con los dos monstros nacionales. Sin embargo ya habían logrado una diversificación a partir de su sociedad con la familia Vales, primero a través del Banco de Yucatán, siendo los otros socios los Macari. Los negocios que han perdurado son de tres giros diferentes: camiones y refacciones, distribuidoras de automóviles y las embotelladoras de Coca Cola. En torno a estos giros hay una galaxia de empresas adicionales a la que ha venido a sumarse la Financiera Bepensa, retomando así la familia su vocación bancaria. Sin demeritar el trabajo de don Arturo Ponce y el de don Fernando Ponce G. Cantón, la labor de los hermanos Ponce García, Fernando , Alberto y José Luis, constituye un conjunto de ejemplos a seguir. Han logrado una diversificación geográfica como nadie lo había hecho en Yucatán. Las empresas han llegado al extranjero, tanto en Estados Unidos como en República Dominicana y Centro América.  El nivel de profesionalismo alcanzado es extraordinario , al punto de que los miembros de la familia no están al frente de las empresas. En esto hay una gran sabiduría que ha hecho posible ese desarrollo impresionante. El volumen de los negocios está muy arriba de la media que se tiene en Yucatán, puede decirse que sin comparación. El grupo en su totalidad le da empleo a más de 15 000 personas. Sin lugar a dudas es un caso que abre todo un horizonte, algo que no se había visto desde la época de oro del henequén.