Algunos con ligereza quieren ver en Mérida una suplantación de la antigua Ishkansihó . No es afortunado: la ciudad maya ya no existía como tal y la nueva ciudad correspondía a otro tiempo, a otra era. Montejo no eligió Ishkansihó, eligió el emplazamiento que se encontraba entre los cerros porque se creaba una suerte de fortaleza, necesaria para protegerse de los mayas a los que no acababan de conquistar. Pero fue Diego de Velázquez quien tuvo noticia de esta tierra , que creyó una isla a la que nombró  Nuestra Señero de los Remedios, y así quiso fundar una ciudad para aprovechar los derechos. Solo era necesario decir que ya había conversos al catolicismo, fundamento moral de la conquista y la colonia. Así lo hizo Velázquez y logró el decreto para fundar Carolina , en honor de su Majestad Ctáolica Carlos I de España y V de Alemania. Asi fue como se constituyó el obispado Carolense , el primero de lo que hoy es México. El obispado daba coherencia a todo lo que se hacía. Solo que en este caso las bases eran míticas. Pero de cualquier manera el primero nombre de Mérida fue Carolina.