En Gran Bretaña se reinventó en Occidente, aunque esta nación y Alemania se convirtieron en los disidentes de nuestra civilización. La democracia moderna proviene de Gran Bretaña aunque en los Estados Unidos tomó rango divino: la voluntad de la mayoría es la voluntad de Dios. En Gran Bretaña para ganar en un debate contra un colega adversario hay que extremar la cortesía ,la caballerosidad y el ingenio. El gran maestro fue Winston Churchill . Las intervenciones de Churchill son memorables, han dado lugar a varios libros, una de ellas fue cuando calificó al primer ministro como “la maravilla sin huesos”, personaje de circo  que se exhibía sin estructura ósea. Churchill pensaba que el primer ministro era algo semejante: se caía y se caía y no se le rompía ni un solo hueso. Quizás el caso más famoso fue su debate verbal con una parlamentaria que le dijo: “si usted fuera mi esposo yo le pondría veneno en el té”, a lo que el bravo guerrero le contestó: “y si usted fuera mi esposa yo me lo tomaría”.  En los debates parlamentarios los participantes están obligados a guardar esta ley. El mejor político es aquel capaz de conciliar asimetrías, esto es contrario a las injurias y al lenguaje soez. Desde hace algún tiempo no se oía una intervención de la “ideología del insulto” en nuestra Cámara de Diputados, hasta la histórica intervención del diputado Henry Sosa que en reiteradas ocasiones llamó idiotas a sus compañeros. El pasaje es ominoso y constituye una vergüenza para el pueblo de Yucatán y para los  representados por el diputado Sosa. También hay que decirlo:  es motivo de pena para los miembros del partido del señor Sosa. Quizás esta intervención denigrante es el fin de la carrera política de don Henry. Así es , la carrera del señor Henry Sosa se murió de un atracón de mojón seco.