La trama no deja de asombrar: un niño nacido en un puerto, en una familia de recursos modestos, huérfano desde la adolescencia, que se eleva y obtiene éxitos de resonancias. Hay rasgos que conducen a pensar que hay el cumplimiento de un destino: Andrés fue el único hijo varón de la familia García Lavín, eso ya lo hacía una suerte de héroe desde niño. Si como dicen algunos teóricos el amor que se recibe de niño es directamente proporcional al talento que posteriormente se exhibirá, don Andrés fue un niño muy querido por sus padres y sus hermanas. Esta exposición requiere ser mejorada por una circunstancia notable: el padre de Andrés García Lavín es un personaje legendario en la historia de Progreso. Cierto, don Andrés García Arana fue un hombre honrado y noble que hizo el bien con una generosidad cristalina y un don de gentes singular. El señor García Arana era el farmacéutico de Progreso que auxiliaba y obsequiaba las medicinas a la gente de escasos recursos. Este hombre caritativo fue el consuelo de muchos dolientes  desamparados.  En uno de sus libros el padre Pastor Escalante Marín lo llamó “un santo masón”, porque aparentemente el señor García Arana frecuentó La Logia porteña. Sin embargo el Evangelio nos dice que el hombre religioso es aquel que   practica la caridad y en ese sentido don Andrés García Arana fue extraordinario. Este legado paterno, tan rico y tan palpitante-hasta hoy se cuentan historias conmovedoras de don Andrés García Arana- debió haber tenido un gran impacto en todos los miembros de la familia García Lavín. 

 

 

LOS PRIMEROS AÑOS

 

Andrés José García Lavín nació el 24 de agosto de 1929. Estudió los primeros años en una escuela del puerto, y un verano trabaja en la casa Mier y Terán que representaba a Henequeneros de Yucatán, hasta que se traslada a Mérida e ingresa a la Escuela Modelo y un año después. Realmente el cambió de domicilio de la familia García Lavín obedeció a la urgencia porque médicos de Mérida atendieran a don Andrés García Arana que para entonces tenía la salud muy quebrantada. Como es fácil intuir el niño Andrés era muy cercano a su padre; precisamente con él vive la primera versión de un pasaje que aparecería reiteradas veces en su vida: un accedente dramático. Volvían padre e hijo de Mérida cuando al taxi en que viajaban le dio alcance una locomotora; don Andrés cubrió con su cuerpo a su hijo, mientras éste le rogaba a Dios que cuidara a su padre. Poco se pudo hacer por la salud de aquel hombre que se había consagrado a procurarla entre la gente humilde y necesitada y finalmente muere el 11 de febrero de 1944. Para ese entonces una de sus hijas, Aída, había contraído nupcias con don Carlos Linares Novelo. Cumpliendo su voluntad toda la familia llevó a don Andrés  a Progreso donde la población le rindió el homenaje del duelo genuino. 

 

 

LA CAPITAL

 

Andrés García con su título de contador privado logra obtener un trabajo en una compañía que distribuía mil. Era el apoyo de su casa. Claro está que su señora madre, doña Victoria Lavín de García, ejercía un eficaz matriarcado, en su modesta casa en la calle 49 con 62. La gente que nace y vive en los puertos suele tener una idea muy clara: del otro lado del mar hay algo, viven con la presencia de lo extraño, de lo que está en otro lado. Quizás esto pudo haber pesado en Andrés y en su madre para tomar la determinación del traslado a la Ciudad de México. En el verano del año de 1946 doña Victoria acompañó a su hijo a la gran capital y lo instaló en una casa de huéspedes en Insurgentes Sur. La Ciudad de México en aquella época si era “la región más transparente del aire”, pero algo más: era la vibrante, y hermosa, capital de un país que se modernizaba. El joven García Lavín se inscribe en la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional, esto sin haber obtenido antes el grado de bachiller. Para todo había energía: García Lavín, a quien empezaban a llamar el “güero”, estudió la preparatoria y obtuvo el título de Contador Público. De tiempo atrás había trabajado en la Fábrica Automex, luego en Operadora de Teatros que se encontraba en la calle Balderas y de ahí, como se exigía de todo aquel que quería ser un buen Contador Público, pasó a ocupar un puesto en el despacho de don Saltiel Alatriste. Este despacho de contadores públicos hacía la auditoria de Novedades de México, propiedad de los señores O´Farrill. Luis Ramírez Carrillo, en el estudio detallado que hace de Andrés García Lavín, observa la gran cualidad que tiene este hombre para despertar confianza. Lo cierto es que Andrés García solicita y obtiene un empleo en Televisión de México, compañía propiedad de los O´Farrill que transmitiría el informe del presidente Miguel Alemán Valdés. En realidad cuando García Lavín empieza a trabajar en la empresa la televisión no había comenzado sus transmisiones. La familia O´Farrill proviene de Puebla, don Rómulo, padre, ya había fundado la Automotriz O´Farril logando expandir sus negocios. O´Farrill había contraído matrimonio con la hija de un personaje legendario en la historia del México posterior a la Revolución: Maximino Ávila Camacho, gobernador de Puebla y hermano de quien fuera presidente de la República, el Gral. Manuel Ávila Camacho. De suyo O´Farrill Jr. aparece en una de las novelas mexicanas más importantes de los últimos años: “Arráncame la Vida ”, de la escritora Ángeles Mastretta. En la ficción O´Farrill Jr. es llamado Emilio Alatriste .  Lo cierto fue que el joven García Lavín fue comisionado por la empresa para realizar un inventario de todo el equipo que llegaba para la flamante televisora.  En la oficina de O´Farrill Jr. García Lavín conoció a quien sería un íntimo amigo : Gonzalo Castellot Madrazo, quien en su libro sobre la historia de la televisión mexicana menciona los colaboradores de la transmisión inaugural del canal 4 de la televisión mexicana: los O´Farril, César del Corral, Guillermo Shöener, Javier Moreno y Andrés García Lavín, entre otros.  En cierta ocasión García Lavín advirtió que un programa de televisión , “Adelita y sus Dorados”, empezaba a generar más gastos, quiso, como buen contralor, palpar la situación: bajo al estudio donde se hacía el programa de televisión. Don Rómulo O´Farrill Jr. al descender de un elevador se percató de la presencia del joven contador público en el foro:

_Qué García no sabía  que aquí le pagamos para que vea televisión en vivo- le dijo O´Farrill Jr.

Fue suficiente: García Lavín salió de la compañía para no volver. Tiempo después regresó a Mérida donde ha permanecido.

           

               

 

EL DIARIO DEL SURESTE Y LAS CORDELERÍAS

 

Ya en Mérida y con la ayuda de don Fernando Vargas Ocampo y don Juan Gamboa Andrés ocupa el puesto de Gerente Administrativo del Diario del Sureste que se encontraba bajo la dirección de don Wilberto Cantón. Eran los días del gobierno de Tomás Marentes Miranda. Sin embargo Cantón, dramaturgo como era, logró conformar una espléndida  plantilla de colaboradores de talla nacional como nunca los volvió a tener el Diario del Sureste. De 1951 a 1953 Andrés García Lavín ocupó el cargo de Gerente del Diario, pues tras la caída de Marentes tuvo que abandonarlo. La experiencia le serviría años después pero en aquel primer momento fue muy amarga para un joven profesionista con ilusiones  que se quería abrir paso en la vida. Tras un tiempo de haber pretendido ejercer la profesión en forma independiente- es bien sabido que Andrés García fue, a lo mejor lo sigue siendo, un magnífico contador- el contador público García Lavín entra a trabajar con los hermanos Macari Canán. Existe una anécdota que lo  pinta con certeza: en una ocasión un grupo de gerentes de ventas de las cordelerías hicieron un viaje a los Estados Unidos con la idea de promocionar sus productos , con el propósito de captar clientes García Lavín les  ofreció a los agricultores norteamericanos que estaba en la junta que si le compraban los invitaba con toda su familia a pasar 15 días en Yucatán. Cuando don Juan Macari se enteró interrogó a su joven colaborador sin embargo éste lo tranquilizó: no vendrían, quizás uno nada más. Pero el efecto fue positivo para las ventas. Hemos hablado ya del talento notable que despegaba Andrés García Lavín para inspirar confianza; inspiración que se traducía en certeza: el interlocutor se convencía que aquel joven era digno de un destino de éxito. En este sentido Armín Carrillo Carcaño lo invitó a formar parte de la Cordelería Internacional, dada la venta de las acciones de don Vicente Erosa Cámara, más adelante gran amigo, también, de García Lavín. El clásico escollo apareció: García Lavín no tenía el dinero necesario para dar el paso trascendental  con el que sueñan la mayoría de los hombres. Para entonces ya contaba con una casa que constituía lo representativo de su patrimonio. Andrés visita a don Vicente Erosa, financiero de la plaza, y le solicita un préstamo, la respuesta no fue sorpresiva: se necesitaba una garantía. Aquel hombre joven con familia, que había sido hasta ahora un conjunto de promesas cumplidas, se asomaba a una incertidumbre inquietante. Podía permanecer en la comodidad de un escritorio, al servicio de otros, contemplando la cima o lanzarse a escalarla. El apoyo de su esposa y de su madre no hubieran sido suficiente, quizás pesó más  el ejemplo paterno: don Andrés García Arana era un hombre que con su generosidad desafiaba a la vida, demostrando poca aversión al riesgo al no pensar en el futuro propio y en el de su familia. Andrés hipotecó su casa y adquirió las acciones. Tiempo después, en Cordeleros de México, haría un equipo memorable con el Lic. Vicente Erosa Cámara y como subalterno suyo, Julio Molina Ceballos que para ese entonces no era contador público todavía aunque ya daba muestras de su brillantez.          

 

EL RETORNO

 

El gobierno federal creía conveniente que se instalara una estación de televisión en Yucatán a efecto de contrarrestar las emisiones radiales que llegaban desde La Habana, para ese entonces ya capital de un estado socialista y totalitario. En México había un hombre extraordinario que había creado un emblema del país: la legendaria XEW, y que, posteriormente, había incursionado en la televisión: Emilio Azcárraga Vidaurreta. Don Emilio, con un gran talento, había logrado asociarse con los O´Farrill dando lugar a Telesistema Mexicano , que posteriormente se convertiría en Televisa. García Lavín supo de estas tentativas y de la necesidad de socios locales, se entero, también, de que don Perfecto Villamil era quien encabezaba en Yucatán el proyecto.  Aparentemente don Perfecto, que tenía intereses en la radio local, no estaba convencido de intervenir en el nuevo negocio, pretendía, sí, vender un terreno de su propiedad que podía ser el necesario para la nueva televisora, el que actualmente ocupa el Grupo Sipse.  Andrés García , tras siete años de no haberlo visto, vuela a México para entrevistarse con Rómulo O´Farrill Jr. quien le aclara que la decisión de su ingreso al proyecto no dependía de él sino de don Emilio Azcárraga Vidaurreta.  El gran capital de García Lavín seguía estando en dos características íntimamente ligadas: su inconmovible confianza en sí mismo y su capacidad para generar confianza. A don Emilio, hombre brusco, tuvo que caerle de sorpresa la petición de aquel joven empresario: quería el 51% de las acciones de la nueva empresa. Azcárraga Vidaurreta debió haber sonreído ante la audacia de García Lavín, audacia que le debió evocar sus primeros años en el mundo de los negocios. Tras un trabajo arduo, y con seguridad, por momentos desconcertante, XHY Canal 3 lanzó al aire su histórica transmisión. Un nombre ha quedado inextinguiblemente ligado a este suceso: el de Andrés José García Lavín. Tiempo después lograría su propósito: adquirir el 51% de las acciones; sin embargo para adquirir el terreno García Lavín logró convencer a dos amigos suyos yucatecos: Chiffi y Michel Jacobo Eljure, socios, hasta hoy del canal de televisión del Grupo Sipse.  Para ese entonces el gobierno federal había adquirido las cordelerías y la situación financiera  del señor García se había robustecido.

 

 

EN LA RUTA DEL ÉXITO

 

La ruta del éxito es tan fácil o tan difícil como el protagonista quiera que sea. La autocomplacencia, el abandono a los placeres fáciles, porque se pueden comprar; la soberbia o la pobreza de espíritu, hacen el camino del que ha obtenido la noción del éxito intransitable. Andrés García Lavín, a juzgar por los resultados, facilitó las cosas. El capital que se había obtenido de la venta de las cordelerías requería otras alternativas, una de ellas podía ser un periódico que , a un tiempo, fuera vocero de los inversionistas. La relación con O´Farrill posibilitaba el proyecto: O´Farrill era presidente de Novedades Editores. Don Vicente Erosa Cámara, don Juan Macari Canán, don Alfonso Martín Vázquez y don José Trinidad Molina Castellanos, entre otros, se sumaron al nuevo proyecto de García Lavín, personaje que para ese entonces ya gozaba de un prestigio sólido. El 3 de abril de 1965 Novedades de Yucatán salió al mercado con páginas a color y un diseño propio. Este periódico, en una época, logró conformar una página editorial notable, en ella escribían Mario Ancona Ponce, Alberto Cervera Espejo, Renán Irigoyen Rosado, Carlos Urzaiz Jiménez y el humorista mexicano más importante del siglo XX: Marco A. Almazán, entre otros. La historia le era nuevamente propicia a Andrés García Lavín: el gran consorcio de la televisión mexicana necesitaba, fisiológicamente, expandirse y para dar cumplimiento a estos apremios en el sureste de la República se contaba ya con la pieza clave. Así es como se inauguro la repetidora del canal 2; se hizo el canal 12 de Campeche, el canal 7 de Tapachula y las estaciones de radio XHGL, de frecuencia modulada, XEZ, de amplitud modulada, en Yucatán; la estación SECAM , en Campeche y XEROO, en Quintana Roo, posteriormente vendrían los Novedades de Campeche, Quintana Roo y Acapulco. Don Alfonso Martín , cercano amigo de Andrés García,  bautizó al grupo como : Servicios Informativos y Publicitarios del Sureste (SIPSE).          

 

LOS RUGIDOS DEL TIGRE

 

Don Emilio Azcárraga Milmo era un hombre difícil que podía llegar a ser fiero. Cuenta don Juan Sánchez Navarro que don Emilio padre le confesó  que no estaba pudiendo con el carácter de su hijo. Sin  embargo Azcárraga Milmo, al heredar la posición de su padre, demostró un genuino talento para todo lo que hacía. Fueron de tal magnitud sus logros que se convirtió en figura de talla internacional. Empero el trato con él podía ser dificultoso. En esta situación se encontraba García Lavín, por lo cual , su viejo amigo, Rómulo O´Farrill Jr. le aconsejaba prudencia. Finalmente, con intenciones de acercamiento, se celebró una cena en casa del señor Azcárraga , por aquel entonces casado con Paula Cusi. En un momento dado la señora de la casa ofreció a los visitantes, García Lavín y su amigo de toda la vida Gonzalo Castellot Madrazo, una copa más, a lo que Andrés, en términos muy yucatecos, respondió: “no linda, gracias, ya nos vamos”. Esto bastó para que Azcárraga se sintiera ofendido al asumir, no sin cierta ignorancia, que García usaba un lenguaje inapropiado con su esposa. En definitiva la cena fue un  fracaso amargo, al menos para los visitantes. Esto perturbó más las relaciones entre los dos socios. Pero las cosas se complicaron todavía más. Ana María García Gamboa, hija de don Andrés, ganó un concurso de belleza a nivel nacional y por lo tanto un domingo se presentó en el programa de Raúl Velasco. Al día siguiente, en un pasillo de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo le hizo alusiones muy desagradables el pasaje. Don Andrés reaccionó indignado y le respondió a Azcárraga con toda energía: “nunca tendrás calidad moral”, le dijo  entre otras cosas mucho más fuertes. Lo cierto es que hubo tiempo para una reconciliación. Quizás sabiendo que sus días estaban contados y que vivía bajo la amenaza fatal de una enfermedad, Emilio Azcárraga se dio a la tarea de restablecer las relaciones que su naturaleza brava había perturbado. Así es como tuvo un  fructífero encuentro con García Lavín quien una vez más volvía a caminar con la historia.        

    

 

LAS OBJECIONES Y SUS PARADOJAS

 

Los periodistas críticos, que ha decir verdad fueron pocos en este país durante los gobiernos emanados del PRI, suelen ser muy severos con aquellos que no lo fueron. Don Julio Scherer García dijo de Jacobo Zabludowsky: “Me sirve como punto de referencia, vive la vida que desprecio”. Estas no dejan de ser visiones parciales de un fenómeno más complejo. La discusión no es sencilla: el periodismo industrial cumple una función aunque no sea particularmente crítico, dicen algunos; otros, por el contrario, consideran que una de las funciones de la prensa es ejercer la crítica de la sociedad y que esta función va de la mano con otra que es la esencia del periodismo: la de decir la verdad sin influencias. Para completar el análisis es necesario entender el México del período comprendido entre 1946-1982. Algunos han visto en los medios dirigidos por Andrés García Lavín una falta de critica que los sitúa en medio de la controversia. Pero es curioso: García Lavín es un miembro muy reconocido de la Sociedad Interamericana de Prensa y de la Asociación Internacional de Radio, protagonizando pasajes memorables en defensa de la libertad de expresión. Ha presidido el Wordl Press Comité con sede en Washington, D. C., y la UNESCO lo invitó en 1994 a formar parte del Comité Mundial de Libertad de Prensa.       

 

 

SU HISTORIA

 

La vida de Andrés García Lavín es una vida interesante. Su historia personal  se entrelaza con la historia de Yucatán. Bastaría solo esto para hacerla atractiva a las nuevas generaciones. Empero se requiere de una consideración adicional: nuestro pueblo admira al personaje que sufre y no se siente identificado con el que triunfa. Va a resultar difícil encontrar un desarrollo sustentable si no somos capaces de romper este gusto por el fatalismo. Posiblemente esto haga que en el futuro la historia de Andrés García Lavín sea más difundida, estudiada y hasta escudriñada. Su historia personal se ha vuelto ya patrimonio  público.